BCCCAP00000000000000000001638

156 BERNARDINO DE ARMELLADA y humilde de la capilla en que se establecieron. La crónica del convento hace alusión a una imagen de S. Antonio "en un retablo muy sencillo", sin que los actos de culto en honor del gran Santo portugués y francis– cano revistieran al principio un esplendor comparable a los celebrados en honor de la Inmaculada o de San Francisco, por ejemplo. Los buenos frailes, evangélicamente, procuraban socorrer cotidiana– mente a los pobres que acudían a su portería. Pero pronto se dieron cuenta de que las demandas de los necesitados aumentaban superando con creces las posibilidades de la caridad conventual. No tuvieron, sin embargo, que discurrir mucho para aviar una solución: la mediación de S. Antonio a través de un cepillo para el "Pan de los Pobres", "como cosa tan propia del glorioso Santo de nuestra Orden", anota el cronista. Era esto por el año 1932. Aunque el ambiente político no propiciaba en nada la religiosidad exterior, los capuchinos considera– ron conveniente "fomentar la devoción a S. Antonio con hojitas volantes para sostenerla entre el pueblo a quien tanto agrada" . Detrás de ello estaba el proyecto urgente de la construcción de un templo dedicado al Santo. Durante esta espera se produce el acontecimiento trágico que va a marcar de gloria imperecedera a la fraternidad capuchina gijonesa. Siete de sus miembros sellaron su vida de servicio al pueblo con la palma del martirio. Su sacrificio no fue en vano. Vemos que en 1939 la novena a S. Antonio gana muchos puntos. En 1940 una novena extraordinaria comienza el 15 de julio con ocas1on de la inauguración del nuevo y espacioso templo antoniano. En octubre de ese año S. Antonio se hace presente en las casas particulares por medio de las capillas a domicilio, y en junio de 1941 el cronista habla de una especie de apoteosis antoniana con motivo de la nueva y artística imagen del Santo, bendecida solemnemente por el Obispo de Oviedo. "Fue numerosísima la gente que asistió a la procesión, que, aunque era la primera vez que salía, resultó tal vez la más ordenada y formal de Gijón" (Crónica del convento). Con esto el entusiasmo antoniano encontraba un cauce y un ritmo que no se va a perder en adelante. Los libros del convento reflejarán ya siempre en junio un optimismo exaltante al relatar con coloridos variantes la celebración de la fiesta aludiendo a detalles como la gran afluencia de fieles , los "panes de S. Antonio" repartidos a la gente, la bendición de los niños , de lirios y flores, de agua y vino, los donati– vos extraordinarios a los necesitados .. ., sin silenciar las alabanzas a los

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz