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422 GERMÁN ZAMORA VII Centenario. La documentación artística reunida con ese objeto era, en número y calidad, extraordinaria. Una fracción muy pequeña de la misma conste1ó la obra monumental, siendo probablemente su aportación más perenne. Pues, mientras que algunos de los juicios de valor, en ella emitidos, hoy nos parecen superados, la parte ilustrativa retiene su vigencia, bajo muchos puntos de vista. Junto a esa intención rememorativa de carácter global, hay constancia, en el Museo, de otras más limitadas, pero relativas igualmente a la recurrencia de años jubilares de san Francisco, que se quiso celebrar con la reedición de alguna serie antigua de grabados, patrocinada por entidades particulares. Puede calificarse, por ejemplo, de muy interesante el honor que, en 1926, quiso rendir a la profesi-ón comercial de Pedro de Bernardone y de su hijo Francisco en la primera juventud - mercaderes de paños - la firma de tejidos « Giovanni Milani », de Busto Arsizio. Para ello optó por hacer reproducir la serie de incisiones de Juan Fiorimo, revisada en páginas anteriores 109. Como exponía Pio Bondioli en su presentación del plan, con él se ha pretendido « riallaciare idealmente, attraverso la continuita dei tempi e la vitalita indestruttibile dell'arte, le industrie tessili del dugento, la famiglia stessa di san Francesco, la giovinezza stessa del santo, con l'attivita dominante e quotidiana di chi ha promosso e curato questa pubblicazione » 110 • Junto a esa pretensión primordial, ocupaba un puesto secundario la de contribuir al conocimiento de la « fortuna » habida por la imagen de san Francisco a través de los siglos, en concreto del XVII, desenterrando la obra de un incisor del mismo, de rango también muy secundario. Y menos aún, la idea de iluminar su mirabil vita que, a juicio del presentador, el buril del artista elegido no hizo sino deformar. Carente de otra vinculación con el Santo de Asís que la del simple homenaje a su persona en el VIII Centenario de su venida al mundo, parece ser, finalmente, la reciente reedición de la Vita Seraphici Pa– triarchae, interpretada por uno de los Klauber, a cargo de una provincia franciscana española 111. pubblicarono ne! 1885 presso l'editrice pangma Pion e Nourrit, e che per il pregio appunto delle illustrazioni, resta ancora una dclle migliori biografie » (11 Museo France– scano, 5). La obra Saint Fran9ois d'Assise constaba de dos partes: I. Vie de saint Fran9ois apri!s sa mort. Autor de la I parte fue Leopoldo de Chérancé. La II se desglosaba en tres apartados: 1°, L'Ordre de saint Frani;:ois, por Henri de Grezes, 2° Les fils de saint Frani;:ois, por Ubald de Chanday, 3°, Saint Frani;:ois dans l'art, de Léon Gautier (cuyo nombre no aparecía; todos, menos éste, eran capuchinos; a ellos hay que añadir el del provincial parisino de la misma Orden Arsenio de Cha.te! y el del abate Brin, que com– partieron con el P. Porrentruy los cuidados de la edición). Las reproducciones, verificadas según la técnicas más variadas y perfectas de la época, fueron labor de una legión de artistas. La crítica coetánea auguraba a este esfuerzo editorial mancomunado el destino de pasar a la posteridad « comme une des ceuvres les plus achevées de notre temps » según leemos en su recensión por la revista L'Art, 1885, 32. 10, Cf. supra, nota 32. 110 !bid. 10-11. No pocas de las apreciaciones de Bondioli relativas a las incisiones de Fiorimo se revelan hoy inexactas. 11 1 Cf. supra, nota 19.

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