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LA INFANCIA DE S. FRANCISCO EN LA ICONOGRAFÍA 419 Dirigidas esas palabras a un nepote del pontífice reinante, el fran– ciscano Sixto V, puede verse en ellas, y en las incisiones a que se refieren, no sólo el deseo expreso de satisfacer a la piedad del purpurado, o el de obsequiarle con un artístico recordatorio de la misma, sino también una invitación a utilizar tal instrumento en bien de la Iglesia en general, y de la Orden franciscana en particular. En 1646 el superior local y la comunidad de Observantes en Bruselas publicaban el opúsculo con los grabados de Martín van der Enden para atender a los deseos de muchos fieles; el superior provincial daba su aprobación convencido de que tanto el texto como las imágenes de la obrita parecían muy aptas para despertar el fervor; por su parte, el censor eclesiástico deducía, de la riqueza en virtudes y milagros descritos en el compendio, la utilidad de estampar una vida como aquélla « typis et iconibus » 101 • Culminación del enfoque devocional, pero con clara propensión a la religiosidad individual, hallamos en el leitmotiv antepuesto por el sacerdote Mateo Hemer a la edición de las incisiones de A. M. Wolfgang y en sus paráfrasis a las mismas. En la dedicatoria de la obra a san Francisco declara su propósito de presentarlo como el perfecto imitador y portaestandarte del Gran Rey, valiéndose para ello de las artes gráficas. No menos quiere hacer ver el amor ardiente del Santo - su « amoris incendium », dice con sabor bonaventuriano -, su vida intachable, su ejemplaridad en la paciencia, la humildad y demás virtudes. Pero, sobre todo, su conformación rigurosa al divino Ejemplar, máxime en el portento de la estigmatización. A nivel más íntimo y personal, su libro aspira a que se lo considere regalo de amor y testimonio de total dedicación a su abogado ante el Juez supremo. Además, y desde su condición sa– cerdotal, quiere rendir homenaje a quien veneró como nadie tal condición y a todos sus portadores. De Francisco esperaba, en fin, protección en la vida y en la muerte 102. 101 Cf. supra, nota 34. Leemos en la dedicatoria: « Amplissimas beati Patris nostri Francisci virtutes in compendium redegimus, ut multorum votis satisfiat. Id Amplitudiní Tuae pro ea qua Ordinem nostrum benevolentia complectitur, in gratis animi testimonium deberi fatemur, mole quidem exiguum, sed animi Tui proposito minimC dissonum, cllm & Franciscum Patronum, & in patrono virtutes delegeris imitandas ». El provincial belga Hermannus Lisens escribía: « Compendio comprehensa vita B. P. N. Francisci, ex iconibus expressa devotioni excitandae multum congrua videtur; quare placet ut imprimatur. Datum Bruxellis in Conventu Fratrum Minorum anno 1646. 15 Iunii ». Y el censor: « Vt cunctis pateat quantis virtutibus & miraculis mirificavit Dominus Sanctum suum Franciscum, utiliter ejus Vita typis & iconibus hoc libello expressa publicabitur, hac 22. Maij anno 1646 » (ibid., en páginas finales, fuera de texto) . 102 Cf. supra, nota 18. Escribía Hemer en su Dedicatio: « Tipi Francisce, imitator et Signifer magni Regis praesento exiguum quidem munus, fateor, quia lamen Te continet, Tibi vile non sit. Exhibe! typus rudi minerva Seraphici tui amoris incenclium, vitam immaculatam, humilitatis, patientiae, caeterarumque tuarum virtutum, atque exactas ad Divinum exemplar morum similitudinem. Merito placere isla Tibi deben!; nam ea ipsa sunt, quibus Tu olim Altissimo acleo placuisti, ut aclhuc vivens merueris, signum Dei vivi, id est, stigmata Domini Jesu, in corpore tuo portare. Accipe ergo Te ipsum, clonum amoris, argumentum imitationis, testimonium flagrantissimae clevotionis, qua Te, Patronum meum, Te causae meae defensorem, apucl supremum Judicem, Te acliutorem meum cleligo,

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