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LA INFANCIA DE S. FRANCISCO EN LA ICONOGRAFÍA 413 Mención aparte merece la interpretación de Bernardo Picart. El Libro de las Conformidades fue, obviamente, su fuente literaria remota, y el ensayo protestante de su refutación, la pr,óxima o inmediata. Por esta segunda razón bebió en ellas con mayor abundancia, pero a la vez, con intención diametralmente opuesta a la de los demás artistas estudiados. Esa intención materializó en glosas ad calcem, sistemáticamente contra– rias a la idea del texto glosado, y la mayor amplitud con que acudió a la fuente dejó huella en la estampa dedicada al nacimiento de Fran– cisco. Picart acertó a recoger de un modo más completo que otros incisores el efecto del nacimiento de Francisco en su triple dimensión, tal y como el Pisano se había esforzado en patentizarlo. « Tout le Ciel » y todo el Infierno, amén de la tierra, se conmueven ante aquella natividad, tan paralela a la de Cristo. Pero, bajo esas apariencias de plena armonía con la idea de Bartolomé de Pisa, se escondía la burla sarcástica del incrédulo y de sus instigadores 85 • Influjo de sus modelos iconográficos y no del Pisano, que lo ignora, es, por lo demás, el vestigio del establo en su incisión. III. FUENTES DEL CICLO DEL BAUTISMO Distinguimos entre las referentes a la imposición del nombre de Juan al futuro Francisco en su bautismo, y las relativas al resto de la ceremonia. Las primeras ni ofrecen gran dificultad ni nos preocupan mucho. Es fácil seguir los principales eslabones en la cadena de las mismas. Fueron éstos la Vida segunda, de Celano, la Leyenda menor, de san Buenaventura, y el Libro de las Conformidades, de Bartolomé de Pisa. Contestes esos tres autores, el hijo de Pedro de Bernardone recibió en el bautismo el nombre de Juan por voluntad de su madre 86 • ss Cf. supra, nota 37. En el Alcorán ilustrado por B. Picart se reiteran una y otra vez los pasajes de las Conformidades alusivos al nacimiento de Francisco y la presunta milagrería que lo acompañó: v. gr., L'Alcoran I, 36-37 (pesquisas de los espías del infierno conmovido por el nacimiento de Francisco) = Conf.: Anal. Franc. IV, 58; L'Alcoran I, 48-49 (profecía del peregrino) = Conf.: Anal. Franc. IV, 56 (agitación en el infierno) etc. Aunque no fueran de Picart 1 sino de los co1nentarios antifranciscanos que acompañan a la traducción francesa de los fragmentos del De conformitate, puede ser buen complemento a lo dicho sobre aquél, la cita de algunos de ellos. Al testimonio del endemoniado, extraído de la incierta Legenda antiqua, se le adosaba esta viñeta: « C'est merueille que les principaux tesmoins de ce venerable saint sont les diables, desquels Christ et S. Paul ont refusé le temoignage » I, 37 nota e); y al gesto del ángel signando con la cruz el hombro derecho de Francisco, esta otra: <e Les sorciers qui ont esté executez en ces pays, ont taus confessé auoir estez marquez du Diable en quelque partie de leurs corps: mais le S. Esprit marque les esseus interieurement impriman! en Ieurs creurs vne viue foy, et non vne croix charmee » (ibid. 48 nota a); en fin, su apostilla al pavor producido en los infiernos por Francisco naciente vale por toda la obra, como cifra y compendio de su orientación: temblaron los demonios ante Francisco, « pource qu'il deuoit estre pire qu'eux » (ibid. 43 nota el). 86 Cf., para Tomás de Celano, Vita IJ, n. 3, para san Buenaventura, Legenda minar, I, !; Conf. Fruct. 3, Pars secunda, Anal. Franc. IV, 98s: « Franciscus in baptismo Ioannes est a sua matre vocatus ». - Prescindimos obviamente de otros detalles ajenos al contenido de las inscripciones que acompañan a las estampas, como el del origen del nombre de
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