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404 GERMÁN ZAMORA Si de las fuentes de la genealogía de la familia pasamos a la búsqueda de las ele su blasón, las dificultades aumentan, por la naturaleza misma del asunto. Pues no hay garantías de que tal familia tuviera derecho a enarbolar propia divisa. El caso se vuelve, incluso, un poco sospechoso en la visual providencialista en que Riclolfi interpreta la insignia que nos da, haciendo de la misma un preludio profético del Santo ab ovo. Las tres ocas del escudo de armas ele los Bernardone eran, según él, un pronóstico de tres virtudes que Francisco pondría al servicio de la Iglesia (vigilancia, atención y devodón), para contrarrestar a su coetáneo Federico II, « Ecclesiae Romanae, et eius Vicarij hostis ferus, et immanis ». San Francisco habría sido una suerte de encarnación de las cualidades clásicas del ave her.áldica de su casa: « Beatus anser - escribe Ridolfi - qui coelestibus undis mirifice oblectatus, hostium insidias, et insultatio– nes praecauens, suis ueluti excubijs ciues suos defendit, et cunctis uiam muniuit ad beatam uitam promerendam » 58 • Así concluía sus explicaciones sobre este tema quien había prometido, al comienzo de la obra, no perdonar fatiga para documentar científicamente sus asertos, es decir, con consideraciones más de tipo devoto que histórico, y sin ni siquiera la advertencia de un « ut ferunt », antepuesta a su disquisición sobre la genealogía. Admitido el supuesto, más o menos gratuito, de que el de las ocas hubiera sido el emblema familiar de los antepasados de Francisco, no era difícil perderse en semejantes deducciones espirituales, a parte post. Mas ¿ qué fundamento pudo tener el P. Ridolfi para afirmar con seriedad que lo había sido ele hecho? Lo desconocemos, pero no descartamos la explicación, propuesta años atrás, por L. Bracaloni. En opinión de este investigador, Ridolfi se habría inspirado, indirectamente, en un capitel del claustro superior del Sacro Convento, donde aparece un escudo, que tiene por motivo los referidos plumados, u otros que se les parecen - « tre grue, qua! dicano esser l'arme della casata di S. Francesco », en frase de Ludovico de Pietralunga. La inspiración directa le habría venido de los broches renacentistas del breviario de san Francisco, en los que fueron nielados los perfiles de las venturosas palmípedas, aunque no nadando, sino caminando 59 • El hecho de que el roble campee tanto 58 Completando los textos transcritos en la primera parte de este estudio acerca del blasón familiar de los Bernardone, el P. Ridolfi razonaba así su plena aceptación, si no invención, del mismo: « Erant autem insignia paternae domus B. P. FRANCISCI tres Anseres, ut subiecta figura indicat. Neque id quidem fortuito (ut existimo) aut hominum iudicio, et uoluntate factum est, sed Dei potius consilio, cuius nutu cuneta disponuntur. Vnde per anserem pictum quidam custodiam interpretantur, anseri enim uigil est cura, et ad ea sentienda, quae laten!, facile excitatur, et minimo quoque strepitu expergiscitur, nocturnas excubias celebrat, et uigilias suo clangore testatur, alis, et sibilo pro pullis decertat, dolet si perdit socium. Nullum animal (quod scio) tam hominem olfacit, quam anser, cuius insidias praesentit. Unde apud Romanos in Capitolio publice alebantur [...]. Haec itaque auis, quae clangore grauiter obstrepenti fere semper clangit, ut etiam inter pascendum silere nequeat, undisque mirifice delectatur, diuinum quoddam in B. FRANC. praetendebat, exemploque fuit humano generi, quod futurus esset peruigil, attentus, et devotus... » (op. cit. 2a). 59 L. Bracaloni, art. cit. 95-100. Después de discutir las opiniones de L. Wadding y otros

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