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una desinstalación y pobreza, y una liber– tad máxima. Sólo así se implanta el Reino de Dios. 2. Ampliación del tema: nuevas metáforas Notemos que las metáforas que se em– plean para exl)resar este único concepto, son varias. La Palabra de Dios, la voluntad de Dios se proponen en categorías de enseñan– za, de generación. de gobierno. Es clásico el texto siguiente: "Ustedes no se deien llamar maestros, porque uno solo es su Maestro; ni llamen a nadie Padre, porque uno solo es su Padre. Ni tampoco se dejen llamar directo– res, porque uno solo es su Director" (Mt 23 8-10). ' La metáfora de la enseñanza se encuentra en el primer miembro: un solo Maestro. Cris– to, que es la Palabra de Dios (Jn 1,1 ). Todos los demás frente al único Maestro, somos dis– cípulos: "Vayan y hagan discí vulos a todas las 1;e;1tes" (Mt 28, 19). "Cuando venga El, el Espzrztu de la verdad, les guiará hasta la ver– dad completa" (Jn 16, 13 ). Es preciso reconocer humildemente nues– tra condición de discípulos a perpetuidad, de eternos aprendices. Nunca seremos sa– bios maestros: "Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo, para confundir a los sa– bios" ( 1 Co l, 27). ~a metáfora de la familia -aspecto gene– rativo- la expresa el segundo miembro: un solo Padre, que es Dios. Todos somos her– manos. ¿ Quiénes son mis hermanos? se pre– gunta Jesús. Y responde: "Todo el que cum– pla la voluntad de mi Padre celestial, ese es ;;1i hermano y mi hermana" (Mt 12, 50). Mis hermanos son aquellos aue oyen la Pa– labra de Dios y la cumplen" (Le 8, 21 ). La misma expresión "Reino de Dios" es una clara alusión a la metáfora de gobierno. Es el tercer miembro del texto citado: "no se pongan a gobernar o dirhdr, porque uno solo es el Director: Dios". "Los jefes de las naciones las dominan como señores absolu– tos v los grandes las oprimen con su voder. No ha de ser así entre ustedes" (Me 10,42-43 ). Este mismo concepto de gobierno se ex– presa en otra metáfora, muy usual entre los ARTICULOS semitas, la del pastoreo. También en esta si– militud se insiste en la unicidad del pastor: "escucharán mi voy y habrá un solo rebaño y un solo Pastor" (Jn 10,16). Pero quiero llamar la atención sobre otros textos y otras parábolas usadas en el N.T. que expresan la misma realidad. Muy im– portante es la de la resurrección o pasar de la muer te a la vida. "Sepultados con él en el bautismo, con él también han resucitado . .. Y a ustedes, que estaban muertos, les vivi– ficó juntamente con él. .." ( Col 2,12-13 ). "Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida" (1 Jn 3,14). También esJ-á la de la edificación. En esos términos habla Cristo a Perlro: "Tú eres pierlra v sobre esta piedra edi ficaré mi l f!,le– sia" (Mt 16,18). Simón lo recordará imnlí– citamente en sus cartas: "Acercándose a .El, piedra viva. .. también ustedes, cual viedras vivas, entren r>n la constmccirín de un edifi– cio esniritual" ( 1 Pe 2,4-5). Ya veremos có– mo Pablo renite hasta la saciedad este tér– mino de "edificación". Resumiendo. pues, vemos que el conteni– do de la Palabra-Voluntad de Dios es, por parte humana, escuchar y obedecer o eiecu– tar. Pero los extremos quedan bien rlefini– dos: Dios y Cristo nor un lado, los demás hombres por otro lado. Escuchar v poner por obra es igual que convertirse, hacer penitencia, y se exnresa en varias metáforas: entrar en el Reino de Dios. hacerse hijos de Dios. ser discínulos de Cristo, resucitar a una vida nueva, la nue– va creación, ser construidos para formar un edificio espiritual. Este es el núcleo de la Buena Nueva, esta es la Penitencia y Conversión que se nos pi– de. Es una respuesta total del hombre ínte– gro, y no unas prácticas periféricas que res– balan y dejan intacto al hombre viejo. · A) Penitencia en metáfora de magisterio La doctrina de Cristo, al mismo tiempo que es una exigencia de conversión total, desenmascara el falso sueño de una peni– tencia postiza e hipócrita que no tuca el co– razón del hombre. También aquí un texto clásico. A la pre– gunta de los fariseos de por qué los discí- 5