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538 BERNARDINO DE ARMELLADA ral de ver a Dios, no ven relación alguna entre las doctrinas condenadas y la proporción o naturalidad metafísica de que habla la escuela escotis– ta. En consecuencia, ellos mantienen tal teoría y no creen que se oponga a la misma ninguna nueva dificultad proveniente del magisterio eclesiástico, y menos, que tenga algo que ver con los errores jansenistas. Al margen de esto, lo que sí se advierte en los teólogos franciscanos es la falta de uniformidad, si no confusión, en sus referencias al aspecto psicológico de la tendencia humana, entendida como manifestación de la potencia natural o apetito metafísico. Después de todas estas observaciones será más fácil entender el discurso teológico de nuestros autores 8 • l. Francisco Henno (t 1713), cuya obra "Theologia dogmatica, mo– ralis et scholastica" fue durante algún tiempo manual de clase en mu– chas provincias de la Orden - especialmente en España - , no suele ser muy decidido en cuestiones de escuela. En el prólogo de su obra alaba la sobriedad de Escoto, quien, al rechazar las teorías discutibles de autores católicos, emplea simplemente la palabra "videtur". "Lo cual, continúa, imitaremos también nosotros si alguna vez los sentimientos de la escuela del Sutil nos obligan a apartarnos de las opiniones tomistas (lo que sucederá rarísimamente)" 9 • 8 Merece al menos una nota Jorge Mahler (t 1701) con su obra de compendio Theologia D. Subtilis Scoti, Tugii Helvetiorum 1702. Aunque no trata directamente la cuestión del apetito natural, al negar que la visión beatífica pueda ser connatural al hombre, se objeta: "El mismo Escoto... piensa que la beatitud es natural al hombre. Luego el entendimiento creado deberá poder ver a Dios naturalmente, pues en ello consis– te la beatitud. Respondo que Escoto en el lugar citado no dice sino que la bienaventuran– za corresponde a la inclinación natural del hombre, que se extiende a todo lo que puede perfeccionarlo. Pero esto no quiere decir que la bienaventuranza se logre por un agente natural y como debida a la naturaleza". ("Ipse Scotus... vult beatitudinem esse homini naturalem. Ergo intellectus creatus debet naturaliter videre Deum, in qua beatitudo consis– tit. Respondeo Scotum aliud non dicere l. c. quam beatitudinem esse iuxta inclinationem hominis naturalem, quae se extendit ad omne sui perfectivum. Non autem vult, beatitudi– nem esse posse ah agente naturali et secundum debitum creaturae". Theologia... tract. de visione beatifica, quaest. 9; p. 143. Esta breve respuesta sigue claramente la línea de expresión escotista. 9 Francisco Henno, Theologia dogmatica, mora/is et scholastica, 8 vals., Duaci 1706-1713. La edición que aquí se cita está hecha en Venecia 1719. Cf. A. Bertoni, Le bienheureux Jean Duns Scot (sa vie, sa doctrine, ses disciples), Levanto 1917, 485; H. Hurter, Nomenclator litterarius theologiae catholicae, 5 vals., Innsbruck 1903-1911; vol. 4, 647.

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