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LA GRACIA MISTERIO DE LIBERTAD 297 En la cuarta conclusión se pronuncia terminantemente contra todo ape– tito o inclinación natural: en nuestro entendimiento no se da apetito innato a la visión clara de Dios. Así Sto. Tomás y la sentencia común 80 • Adviér– tase que al menos en esto último le falta exactitud. Sus pruebas contra el apetito son, naturalmente, las dificultades que los autores escotistas siem– pre procuraron solucionar: Un apetito natural incluiría una potencia natural; y la potencia natural sería ininteligible sin una fuerza natural - activa o pasiva - para asimilar la perfección u objeto a que tiende. Y mientras carezca de esa perfección, se encontrará en estado de indigencia. La conclu– sión del argumento es curiosa: El apetito innato tiene que incluir virtud natural activa o pasiva. Y como en nuestro entendimiento no existe una virtualidad natural que produzca la visión de Dios, se concluye que no se puede dar tal apetito innato 81 • ¡Una conclusión que rebasa los térmi– nos de la menor! Tenía que haberse contentado con decir que no puede haber apetito innato activo. Otro argumento suyo es el desorden que supon– dría una potencia vana en la naturaleza 82 • Si ve que se citan inclinaciones naturales que no pueden lograr su cumplimiento sin una intervención sobre– natural de Dios, responde que no son comparables a la visión beatífica. En los ejemplos que se ponen, como la perseverancia en el bien moral, la reunión del alma separada con el cuerpo, la restitución de la vista a un ciego, etc., se trataría, según él, de una imposibilidad basada, no en el objetivo o término de la correspondiente inclinación natural, sino en la accidentalidad de un impedimento extrínseco a la naturaleza de esas reali– dades y ajeno también al término al que se inclinan. En la visión de Dios, por el contrario, es el mismo término el que hace imposible su consecución 80 "Si proprie loquamur, in intellectu nostro non datur appetitus innatus ad Deum ciare vi– sum. Ita '!nomas... et est communis (sententia)". lb., n. 40. 81 " ... appetitus naturalis praesupponit potentiam naturalem ad id cuius est appetitus: sed in homine nulla est potentia naturalis ad claram Dei visionem: ergo neque appetitus. Maior est mani– festa, quia appetitus naturalis praesupponit privationem, quae est carentia formae in subiecto apto nato: atque ita appetitus supponit subiectum aptum natum: ac per consequens potentiam natura– lem ad id cuius est appetitus. Minor probatur, quia omnis potentia naturalis est activa ve! passiva: ergo omnis appetitus innatus habet virtutem aliquam ad se coniungendum cum re quam appetit aut per productionem, aut per receptionem, aut per unionem... : ergo conceptus essentialis appeti– tus innati involvit aliquam virtutem agendi aut recipiendi: sed in nostro intellectu non datur virtus naturalis ad eliciendam visionem Dei: ergo neque appetitus innatus". lb. 82 "Confirmatur, quia quando auctor naturae per modum ponderis et inclinationis tribuit crea– turis inclinationem ad aliquem finem, consequenter eis tribuit instrumenta et media per se neces– saria ad assecutionem talis finis: quia natura non deficit in necessariis; neque frustra his rebus tri– buir talem inclinationem". lb., n. 41.

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