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LA GRACIA MISTERIO DE LIBERTAD 285 Que se trata de un don sólo condicionado por la libertad de Dios, es cosa de la que no cabe dudar 29 • 5. En la primera mitad del siglo XVII escriben tres teólogos capuchinos que no emplean el método estrictamente escolástico y de los que se ocupó también en su día J.-Eymard d'Angers: Sebastián de Senlis, con sus obras Les entretiens du sage (París 1637) y Le flambeau du juste (París 1643); Ivón de París, de quien son los escritos La théologie naturelle (París 1633-1637), Les heureux succes de la piété (París 1634), Les morales chrétiennes (París 1638-1641) y Des miséricordes de Dieu en la conduite de l'homme (París 1645); y Santiago de Autún, que escribió Les justes espérances de notre salut opposées au despoir du siecle (Lyon 1649) 30 • Resumo las conclusiones de J.-Eymard: Sebastián de Senlis estudia la naturaleza del hombre y dice que el hombre no puede tener felicidad compa– rable al goce de unirse con la verdad y el amor infinitos 31 • Ivón de París quiere probar, partiendo de la sola razón, que el hombre ha sido creado para un fin sobrenatural 32 • Esto, claro está, es demasiado probar, si se funda en pruebas puramente naturales. Otra cosa sería si el análisis de la insatisfacción psicológica del hombre histórico supusiera algún influjo sobrenatural. Según J.-Eymard, Ivón habla simplemente de que el hombre está ordenado a un fin sobrenatural, único del que se pone cuestión. Este fin sobrenatural queda en el dominio de la gracia, claramente distinto y separado de la naturaleza, ya que se hace asequible únicamente en el don totalmente gratuito que se nos concede en Cristo 33 • J.-Eymard alude a una frase rápida de este autor, en que parece se compara la gratuidad de la gracia con la de la creación, cosa que no satisfaría las exigencias de una mente moderna. Sin embargo, mi impresión al leer el texto es que deja lugar para la gratuidad de la gracia aún supuesta la creación. La creación es gratuita simplemente. La gracia es gratuita respecto de una persona capaz contactu tui, quam vitaliter, quam suave mulces et imples immensam hanc mentís nostrae capacitatem" (73). 29 "Sed cave, ne ob id putes, Deum agere ex necessitate suae naturae. Deus non est ens, quod imitetur rationem, ceu creaturam; sed est sua libertas, suaque necessitas". O.e., 56. 3 ° Cf. arriba, nota 1: Le désir naturel... , en Ét. Franc. 1 (1950) 211-224; Naturel et suma– turel... , en Mél. Se. Re!. 13 (1956) 63-80, 179-188; Le désfr du sumaturel... , en Ét. Franc. 7 (1956) 54-62. 31 Cf. Le désir naturel..., l. c., 213. 32 Cf. ib., 216-218. 33 Cf. Nat11rel et s11rnaturel..., l. c., 78s.

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