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DELACIÓN AL SANTO OFICIO POR EL B. DIEGO J. DE CÁDIZ 107 concluiremos que andaba escribiendo aquella página con posterioridad al 21 de enero de 1793. No sé aventurar hipótesis acerca del sobreseimiento de la causa. Unánimes han sido los dictámenes y rigurosas las censuras de los tres nuevos calificadores, mientras que los nueve primeros discrepaban pro– fundamente en ocasiones. Tampoco sé si llegaron a hacer mella en los inquisidores las recusaciones formuladas por el reo. Una cosa parece evidente: el proceso no fue un borron en el expediente del profesor Normante, que continuó al frente de su cátedra hasta 1801, año en que le otorgaron el nombramiento de oficial de la Secretaría de Estado y del Despacho Universal de la Real Hacienda y dispusieron que conservara el título de catedrático perpetuo y benemérito. APÉNDICE DOCUMENTAL Texto de la delación del Beato Diego José de Cádiz. Zaragoza, 28 de diciembre de 178618. Ilmo. Señor. t J. M. J. Sine causa colunt me, docentes doctri– nas et mandata /wminum. Mt 15, 9. Intuemini et cavete a fermento Pha– risaeorum et Sadducaeorum. Mt 16, 6. Como la doctrina de nuestro Señor Jesucristo sea al modo de la más clara luz que dirige acertadamente nuestros pasos por los caminos seguros de la verdad y de la virtud, separándonos de las erradas sendas del error y de los vicios, por donde ya la ignorancia o ya nuestras pasiones nos conducen ciegos a la eterna perdición, es necesario que atendamos a ella para no dejarn0s seducir de aquellas otras doctrinas que, por serlo de los hombres, digan alguna disonancia, o no se conformen enteramente con las de aquel Señor que, siendo la luz verdadera que ilumina a todo hombre que nace en este mundo, nació en él para iluminar con la infalible verdad de su enseñanza a todos los que se hallaban en las tinieblas y sombra de la muerte y del pecado. Precepto es, y no consejo, el que de esto nos impone nuestro divino Redentor cuando en su sagrado Evangelio nos propone que con el mayor cuidado nos cautelemos de la doctrina de los fariseos y saduceos; sin duda porque, si incurriésemos en este grave mal, caminaríamos ciegos conducidos de otros ciegos al eterno precipicio, y sería una contradicción bien manifiesta 18 Ofrecemos el texto de la delación según la copia de F. Casamayor en sus Afíos Políticos e Históricos..., diciembre 1786, ff. 159r-168v (cf. CF 47 [1977] 79), mejorado ligeramente con la edición de Félix Correa Peró (cf. ibid. 70 nota 15), con la copia de Normante (cf. supra, nota 5) y con la existente en la biblioteca de la Real Academia de la Historia (Madlid), legajo 9/5910 (cf. CF 54 [1984] 71 nota 31).

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