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324 GERMÁN ZAMORA « cuestión amigoniana », surgida al aplicar ciertas normas de la Congre– gación de Obispos y Regulares, que obligaban a los terciarios capuchinos, como a otros institutos de orientación laical, a clericalizarse en aspectos importantes. La desorientación y el disgusto suscitados entre algunos de ellos, motivó en el fundador el reclamo de obediencia filial a Roma, como años después lo recordaba en carta a los religiosos coadjutores de Dos Hermanas: « Al tenor de dichas disposiciones y superior mandato, las refor– mamos [las constituciones], como sabéis, en 1902, acomodándolas cuanto pudimos a las normas de la S. Congregación, pero sin variar en nada su espíritu y aun dejando sin modificar los dos o tres puntos que a vosotros atañen referentes a la asistencia como vocales al Capítulo Provincial, y poder ser elegidos Vice-Ministros de las Casas, cuando así conviniere» (§ 1767; carta del 20.12.1909). Es uno de los muchos detalles que permiten valorar la importancia del epistolario amigoniano para el conocimiento no sólo de las vicisitudes internas de su vida y fundaciones, sino, hasta cierto punto, de su época y de la actual 8• 4. Ordenaciones de visita Son iluminadoras para conocer la marcha práctica de la fundación masculina en los primeros años de su andadura, así como el espíritu que la animaba, la pedagogía amigoniana y su sentido apostólico. Se conservan seis de ellas, repartidas entre la « casa matriz» de Torrente y el reformatorio madrileño de Santa Rita, en los años 1890-99 9 • El fundador, profundamente capuchino, daba a este acto el nombre usual en su Orden; en el volumen de que tratamos llevan el de Ordenaciones de santa visita a los religiosos Terciarios Capuchinos de Ntra. Sra. de los Dolores y siguen al epistolario. Vida espiritual y apostolado típico de sus religiosos, dentro del marco de la observancia regular, tan incisivo entonces, forman la entraña de esas disposiciones. De ahí que una primera parte en cada texto mire a los formadores y la otra a los formandos, o mejor, reformandos. El enlace de su finalidad con el señalado por san Francisco en su regla a la visita fraterna es explícito (§ 1968). Bajo otro aspecto, estos documentos dejan entrever la evolución del instituto, decantada al filo de la experiencia y correr del tiempo. Fue quedando atrás el prístino • Las Cartas se toman de los originales, o de fotocopias legalizadas y que se archivan en la vicepostulación (Godella, España). ,Se publican todas las conocidas. En algunas se sustituyen los nombres de las personas por la sigla NN, « por motivos de elemental discreción y prudencia• (o.e., p. 413). Se publica un total de 237, frente a las 133 de una recopilación anterior (Cartas, Circulares y Ordenaciones del Excelentísimo y Reveren– dísimo Padre Luis Amigó y Ferrer, Obispo, Madrid 1%9). En ese volumen, pp. XXXII-XXXV, puede verse la « cuestión amigoniana » con mayor acentuación en lo clerical de la con– gregación. • Unas y otras se conservaron recogidas en el Libro de Visitas Canónicas de Santa Rita, hoy en el archivo de la curia general de los terciarios capuchinos. El fundador, con sentido histórico, había dispuesto que las ordenaciones de los varios centros fueran copiadas fielmente « en el libro de los Anales •, como « leyes dictadas para la Congregación » (cf. o.e., p. 620 y § 2037). También habían sido publicadas con anterioridad (cf. nota precedente).

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