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334 GERMÁN ZAMORA veintena, de cuatro continentes 18 -, se lanzaron a la tarea de recogida, ordenación y elaboración de datos bajo la dirección de sor María Pilar Burillo, vicaria general, resueltas a darle cima en la gran fecha para cuyo realce había sido ideada. El autor ha tenido que cernir y discernir mucho en el copioso ma– terial recibido, a fin de que, de la crónica, emergiera verdadera historia. Y, además, una historia no momificada o fósil, sino viviente, capaz de orientar, como maestra, el hoy y el mañana del instituto. Era de desear, para ello, que el libro resultante acertara a combinar la densidad de contenido con el manejo fácil y atractivo. Para el logro de esas cualidades, previene el autor, « he tratado de introducirme yo mismo, según mi estilo de historiar, en las vicisitudes de cada etapa, de cada provincia, de cada casa y aún, a veces, de cada religiosa, viviendo como desde dentro el quehacer histórico» (p. 5). Efectivamente, el trabajo está elaborado con ese método, y con ciencia, amor y sano realismo, que no rehúye las páginas grises. De las cuatro partes de que consta, las tres primeras se dedican a exponer el devenir « externo » de la congregación, y la cuarta, a su dinámica interior. He aquí los títulos y periodización: I: La Congregación en vida del Fundador: 1885-1934; II: Desde la muerte del Fundador hasta la orga– nización en provincias: 1934-1951; III: Desde la organización en provincias hasta el presente: 1951-1984; IV: Dinámica interna y proyección apostólica de la Congregación. Cribando los hechos narrados, recordamos de la pri– mera etapa, el firme enraizamiento del instituto en España y, a partir de 1905, en Suramérica, el comienzo de una efímera, pero heroica aventura misionera en el Kansu (China, 1929-49), la crisis juvenil de identidad y adaptación, y la muy sensata inmanencia y transcendencia del fundador sobre sus fundaciones; en el período siguiente, el durísimo trance de la guerra civil española, que produjo varias mártires, la vigorosa recuperación inmediata y el continuo crecimiento en la América del Sur; en la tercera etapa, ya de plena madurez, se elimina una barrera fundacional, estructu– rando la congregación en provincias, y se superan ciertas tensiones «geopolíticas» entre españolas y colombianas, trasladando la curia general a Roma (1964). Objeto de la cuarta parte son, principalmente, las estructuras internas de la congregación, su carisma, espiritualidad y com– promisos apostólicos. De esos puntos salientes, y de otros más menudos, que forman la trama fina de esta magna historia, se nos da información suficiente y exacta, en un estilo ágil y ameno, salpicado por la anécdota oportuna. Pero no está ahí la médula del relato, sino en aspectos subyacentes a la 18 Partiendo de 2 casas y 11 religiosas en 1885, llegarían en 1969 a su cenit en el número de hermanas, con 1.707 en 159 residencias. La cronología de esa expansión mundial fue: España (1885), Colombia (1905), Venezuela (1928), Panamá (1947), Brasil (1948), Argentina (1949), Costa Rica (1950), Bélgica (1956), Alemania (1961), Guatemala (1961), Suiza (1962), Italia (1968), Zaire (1971), Ecuador (1977), Bolivia (1977), Puerto Rico (1979), Para– guay (1982), Perú (1982), Filipinas (1982), Chile (1984). Datos de la estadística de la p. 612s de esta obra.

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