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418 «...el Señor me dio hermanos» a las exigencias del cargo. Complexivamente ejerció el oficio de aba– desa por 25 años y el de vicaria por 20 años. No asumió la respon– sabilidad inmediata de la formación de las novicias, pero ejerció este oficio en forma indirecta, ya que las actas capitulares añaden al nombre de la designada como maestra: «Con la ayuda de la abadesa». Cada nueva elección era para ella motivo de confusión y de sufrimiento, pensando en la gran responsabilidad que pesaba so– bre ella; por otra parte, la conciencia de tener que ser modelo de sus hermanas era un nuevo estímulo para su entrega a Dios y para su fidelidad a los compromisos de la vida religiosa. En sus cartas a las capuchinas de Siena se expresaba en estos tér– minos: «No tengo de religiosa otra cosa que el hábito ... Por cari– dad, ayudadme con la oración para que J,esús me conceda comenzar de una vez a ser lo que debo, y que no siga sir– viendo de obstáculo a esta santa comunidad, sólo por mí profanada... Esta pobre comunidad, ¡oh, cómo pierde con mi mal gobierno!» Hermana entre las hermanas, tomaba parte como cualquier otra en las faenas conventuales, aun las más humildes. No permitía acti– tudes obsequiosas con su persona. Repetía: «Jesús me guarde de la tentación de dejarme servir». Obediencia pronta y alegre sí, pero nunca manifestaciones serviles. Una hermana, viéndola moverse con dificultad, se ofreció a barrerle la celda, pero no se lo permitió en manera alguna. Hubiera querido estar a los pies de todas. No perdía oportuni– dad de satisfacer este deseo mediante actos de humillación públicc1;, entonces en uso en las comunidades claustrales. Lejos de usar mo– dos autoritarios, cuando debía dar una orden o una corrección lo hacía con gran caridad y humildad. No obstante dejó en el monasterio el recuerdo de un rigorismo inflexible en el modo de guiar la comunidad, atenta a la pura obser– vancia de la Regla y de las Constituciones, especialmente por lo que hace a la pobreza. No se contentó con mantener el nivel alcan– zado bajo el gobierno de santa Verónica, quiso ir más adelante, contando con el fervor de las hermanas y con la confianza qQe
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