BCCCAP00000000000000000001625
ANGEL DE ACRI 383 camios de los pueblos por su lenguaje vulgar, pero fructuoso para las almas, ni se alteró viéndose maltratado; mas , siempre inmutable en todo choque u ocasión de ira, con espíritu tranquilo, con cora– zón sosegado, con rostro alegre, con voluntad imperturbable, reci– bía las afrentas, irrisiones y contumelias como si se tratara de aplausos y bendiciones. Un día, hasta las capuchinas de Acri (cappuccinelle) -de las que había sido fundador y era entonces director espiritual- «por no someterse a las santas admoniciones del Siervo de Dios», que las exhortaba a vida más austera, «descaradamente tuvieron la osa– día de injuriarlo villanamente» ; el padre Angel , «con el rostro sere– no y alegre, escuchaba tales injurias y contumelias, y sonreía, pi– diéndoles compasión y diciéndoles : 'Me alegro de que os hayáis con– tristado fructuosamente y espero que el Señor os dé la gracia de poder tolerar su peso'» . Era él el primero en reconocerse públicamente, hasta en el púl– pito, predicador inepto . Algunos testigos recuerdan que «el padre Angel , en la predicación de la palabra de Dios, se humillaba a sí mismo, expresando públicamente la bajeza de su origen y diciendo que por dos veces había dejado el hábito capuchino ; durante la pre– dicación se declaraba ignorante, añadiendo que, si había en él algo de bueno, era todo obra de la gracia de Dios. Y decía mientras huía .. . de los aplausos : 'La gloria se debe a Dios solo, no a mí, que soy un miserable pecador'. Huía, más aún aborrecía todo ho– menaje y aplauso y aprecio que le tributaban los pueblos; y en tales casos, además de dar señales de disgusto, decía en voz baja: 'Non nobis, Domine, non nobis... '». Por otra parte, los inteligentes, y sobre todo los buenos, queda– ban admirados de su predicación, que la juzgaban «de una manera divina y superior a sus conocimientos», juzgaban su predicación «no.. . un parto de mente humana, sino .. . verdaderas ilustraciones sobrena– turales». En otras deposiciones algunos testigos dijeron que «el Es– píritu Santo le sugería la materia de su predicación». «Que parecía ser un apóstol y que habitaba en él el Espíritu del Señor»; «la gente lo creía un Gregario Magno con una elocuencia toda divina... y por eso lo consideraba un portento de la gracia y voz del Espíritu Santo» .
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz