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376 «... el Señor me dio hermanos» Un episodio nos hace entrever la fuerte personalidad de Lucas Antonio. Lo contaba él mismo, siendo ya sacerdote capuchino, y se encuentra en las actas procesales: « ...Cuando él era pequeño, muy pequeño, su madre lo llevaba consigo a la iglesia; y el pequeño hacía travesuras en la misma iglesia, como lo hacen todos los niños pequeños ... Una vez, para librarse de esas molestias, la madre lo encerró en casa y se fue sola a la iglesia. El niño, por despecho, intentó arrancar un cuadro de la Virgen colgado en la pared. De pronto, se le pasó la rabieta y cambió de humor: se arrodilló delan– te de la Virgen y puso bajo sus rodillas granos de trigo que había en el suelo ... Así lo encontró su madre: con las rodillas llenas de hoyuelos por los granos de trigo». Debilidad de corazón, pesadillas, sugestiones y fantasías senti– mentales: ésa fue la historia de su vocación. Consiguió hacerse ca– puchino después de pruebas y más pruebas, superando los primeros fracasos, combatiendo y sufriendo. El padre había muerto, no se sabe cuándo. La madre tenía un hermano sacerdote, Domingo, con quien Lucas Antonio vivía de ordinario; luego volvió a casa de su madre, asistiendo alternativa– mente a la escuela y al convento de capuchinos. Sobre su porvenir se cernían incertidumbres e interrogantes, tanto más cuanto que el tío sacerdote parecía no ver con buenos ojos cierta propensión de Lucas Antonio hacia los capuchinos. Por otra parte, el joven no quería dejar sola a su madre viuda, por la que sentía intenso afecto. El tío sacerdote soñaba hacer de él un hombre suficientemente ins– truido para colocarlo en algún puesto de trabajo con que pudiera sostener a su madre. Entre la incertidumbre del joven, el deseo del tío sacerdote y la expectativa de la madre, llegó a Acri, en 1689, el famoso predica– dor capuchino padre Antonio de Olivadi, muy conocido y apreciado por su santidad. Nacido en 1653 y capuchino desde 1670, recorría los pueblos de Calabria predicando con ardentísimo celo, particular– mente sobre la pasión del Señor. Murió en concepto de santidad el 22 de febrero de 1720. Encuentros y coloquios habidos con tal predicador reforzaron la decisión de Lucas Antonio de hacerse ca– puchino . Tenía entonces veinte años. La tarde del 8 de noviembre de 1689, Lucas Antonio vistió el

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