BCCCAP00000000000000000001625

364 «.. . el Señor me dio hermanos» egoístas, que Dios nos ve». Y además: «El que no ama a Dios está loco»; «El que ama a Dios con pureza de corazón, vive feliz y des– pués muere contento»; «Al que hace la voluntad del Señor nada le desazona». En tiempo de especial carestía exhortaba de esta manera a la confianza en la divina providencia: «Pon en Dios tu esperanza y gozarás de abundancia»; «La divina providencia piensa en nosotros más que nosotros mismos». En aquella misma ocasión, a uno que le preguntaba cómo pensaba solucionar los problemas del convento, pues la comunidad había aumentado con otros siete estudiantes, fray Crispín le respondió «que no pensaba nada, pero que tenía tres gran– des proveedores»: Dios, la Señora y san Francisco. Cuando oía tocar la campana para la oración, se despedía di– ciendo que «le llamaba su Señor padre». Y a fray Francisco Anto– nio de Viterbo le declaró: «Paisano, todo lo que hacemos lo debe– mos hacer por amor de Dios... Yo no levantaría ni siquiera una paja si no fuera para gloria del Señorn, pues obrando de otro modo «sería un mártir del demonio». Casi siempre llevaba fray Crispín en los labios «sus santas má– ximas» sobre la Virgen, a la que llamaba «mi Señora madre»: «No se puede perder el que es devoto de María santísima»; «El que ama a la Madre y ofende al Hijo es un amante fingido»; «El que ofende al Hijo no ama a la Madre»; «No es verdadero devoto de María el que disgusta con sus pecados a su divino Hijo». Y enseñaba a repe– tir: «María santísima, sé para mí luz y amparo, sobre todo en el momento de mi muerte». Cuando se le pedía que rogase a la Virgen por alguna necesidad importante (ordinariamente se le pedía un mi– lagro), solía decir: «Déjame hablar un poco con mi Señora madre; después vuelvo»; o bien: «Mandaré una instancia a mi Señora ma– dre y después veremos la respuesta»; y no siempre la respuesta era la deseada, como en el caso de Francisco Laschi, a quien le dijo: «Mi Señora madre no ha confirmado la instancia que le he enviado por la salud>> de tu hijo. Son muy numerosos los dichos referentes a los novísimos. Fray Crispín realiza todos sus actos a la luz de la eternidad que le espera, y quiere que nadie pierda de vista esta realidad, feliz o terrible, según la vida que se haya llevado. A sor María Constancia le anun-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz