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CRISPIN DE VITERBO 349 Imprevistamente, a pesar de las letras del ministro provincial, Pedro encontró dificultad para entrar en el noviciado. El maestro de novicios, viéndolo pequeño y enfermizo, le habló de volver a casa, si bien llegó por fin a consentir que se quedara en calidad de huésped, a la espera de una respuesta del ministro provincial. Este, no sin una punta de despecho, contestó diciendo que a él le correspondía recibir a los novicios para la Orden y al maestro probarlos. En efecto, el maestro comenzó a probar a nuestro Pedro no bien le hubo impuesto el hábito capuchino el 22 de julio, fiesta de la Magdalena, y el nombre con el que será conocido en la histo– ria de la santidad, Crispín de Viterbo. Se lo impuso en honor de San Crispín, patrono de los zapateros. Sin embargo, no ejercerá nunca en el convento tal arte, quizás por considerarla demasiado liviana para quien debía ser sometido a prueba. De hecho fue envia– do inmediatamente a trabajar a la huerta mañana y tarde; después fue encomendado como compañero al limosnero, a fin de compro– bar si era capaz de caminar jornadas enteras cargado de pesadas alforjas bajo el azote del sol y de la lluvia. Crispín superó la prueba no sin admiración de quien lo había juzgado inepto. Entretanto edi– fica a novicios y religiosos con su bondad, piedad, austeridad y jo– vialidad. Poco a poco cambió de opinión el rígido maestro y, con él, toda la comunidad. Cuando más tarde fue preciso asignar un ayudante a un tuberculoso grave, el padre César Vecchearelli de Rieti, que, por consejo del médico, había subido a la Pallanzana en busca de aires más saludables, la elección recayó en fray Crispín. Y el padre César, en el momento de abandonar la Pallanzana, tuvo que confesar que fray Crispín no era un novicio, sino un ángel. De ello se había convencido el padre José de Paliano, que, hasta el final de su vida, se ufanaría de haberlo tenido de novicio. También du– rante muchos años se seguiría recordando a fray Crispín en el novi– ciado de la Pallanzana como un novicio modelo. De camino Terminado el año de prueba, e inmediatamente después de la profesión, el 22 de julio de 1694 fue trasladado fray Crispín a Taifa,

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