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FIDEL DE SIGMARINGEN 185 supo convertir aquel viaje en una auténtica peregrinación. Siempre ejem– plar, confesaba y comulgaba por lo menos una vez al mes, arrastran– do a los amigos con su ejemplo. Al comienzo y al final de la jornada, como antes y después de las comidas, Marcos rezaba y sus compañe– ros le acompañaban en sus oraciones. Le gustaba acercarse y conocer grupos marianos. En Roma, asistía diariamente a misa; si algún día le resultaba imposible, pasaba largas horas de oración en la basílica de San Pedro. Acudía a las iglesias en las que se ganaban indulgencias. Ayudaba a los pobres y exhortaba a ayudarlos. Durante las cuaresmas, se ceñía el cilicio y se disciplinaba todos los días. Todas estas cosas están vistas «con estupor» por el joven Stotzingen. El recuerdo de Roma quedó indeleble en la memoria de los ami– gos, por sus basílicas, las catacumbas, los sepulcros de los mártires, recuerdos de santos, la presencia de los papas. En el transcurso de cuarenta y nueve días, estos turistas venidos del norte asistieron a las ceremonias de entronización de dos papas, León XI y Pablo V, el 10 de abril y el 29 de mayo de 1605, respectivamente. Terminado el viaje, largo pero satisfactorio, en todos perduró el recuerdo de Marcos, magnífico compañero, de quien aprendieron a gozar la belleza, el amor a la cultura, el diálogo con otras gentes y, especialmente, la serena y ejemplar desenvoltura de un cristiano limpio y coherente. Fueton años de camino por Europa en la escuela de Marcos que enseñaba a vivir. De abogado a novicio capuchino Reemprendió Marcos los estudios de derecho en Willingen, adon– de se había trasladado la universidad de Friburgo, huyendo de la pes– te. El día 7 de mayo de 1611 conseguía el doctorado in utroque iure: «summa cum laude et omnium applausu», según reza el diploma doc– toral. Al joven abogado se le abría camino forense. El doctor Marcos Roy viviría entre estudios de causas y litigios, al servicio de la justicia, en defensa de la ley. En Ensisheim, pequeña ciudad de la alta Alsacia, el abogado Roy demostraba su saber, pero todavía más su rectitud profesional. Se encontraba a sus anchas junto a los pobres y oprimidos y los de-

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