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EL BEATO DIEGO JOSÉ DE CÁDIZ EN ZARAGOZA 79 Quedará su memoria en los corazones de todos los que hoy viven y han tenido la fortuna de oírlo y aprovechádose de su doctrina; y a los venideros, en las muchas señales que demostrarán para siempre su mansión y predicación en Zaragoza, ya en las muchas cruces fijadas por todas las calles y plazas públicas, en que a porfía se han esmerado en todos los barrios, siendo las primeras las de las plazas de la Seo, del Pilar, calle de Santiago y Seminario; ya en las dos estampas grabadas por Lamarca, cuya venta es la mayor calificación de que cada uno lo quería tener estampado en su corazón; ya en el deseo de poder lograr [158v] de las cruceticas que, hechas por su mano, repartía entre los fieles; y ya también en los infinitos trisagios y libritos de devoción a la Santí– sima Trinidad, que se han vendido en abundancia, pues, en siendo cosa del P. Cádiz, tiene para esta ciudad la mayor recomendación. Por noticias del Sr. Arzobispo se ha sabido haber predicado en Alba– late y Alcañiz, desertándose los lugares circunvecinos para oírle, preci– sándole a predicar en las plazas y lugares descubiertos. Antes de partirse de esta ciudad, puso en manos del Santo Tribunal de la Inquisición el siguiente escrito de su mano, en el cual delata y se ratifica en las proposiciones, como lo hizo en el Seminario. [159r-168v: el texto de la delación]. [ l69r-l88v] RETRATO DEL P. CÁDIZ Glosa a las décimas dadas a luz en la ciudad de Valencia en elogio del P. Fr. Diego Joseph de Cádiz, Misionero Apostólico, Capuchino, con motivo de las misiones que en ella hizo. Reducidas a las que dicho Padre tuvo en esta Imperial Ciudad de Zaragoza. Compuesta por D.J.M.R.C. cursante de Leyes en esta Universidad. Año de 1786. I. Para asombro y confusión de nuestras relajaciones, Dios envía en ocaciones su amorosa corrección. Así, pues, en la ocasión quiere su amante desvelo, para darnos el consuelo, fruto de buena conciencia, nos predique penitencia áel Padre Cádiz el celo. Venid, fieles a porfía a ver aqueste retrato que, si al sentido no es grato, al alma le da alegría. Corre ligera, alma mía, a ver tan grande varón y de su circunspección no maravilles el grado: advierte que ha sido enviado para asombro y confusión. Por disposición divina a que no alcanza el discurso, sigue por España el curso extendiendo su doctrina. Lucifer se desatina al ver que con sus misiones y santas predicaciones, viene, según recto juicio, a no dejar ni aun resquicio áe nuestras relajaciones.

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