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400 GERMÁN ZAMORA igual que éstas, la figura clave de san Francisco. Conjugar lo ideal y lo real según el programa del utile-dulce es otra característica de la obra de Rinuccini 92, CONCLUSIÓN Pretendemos recapitular brevemente lo expuesto y deducir algunas reflexiones. La recapitulación sigue la pauta de un catálogo aún no exami– nado y cuya consideración hemos dejado precisamente para este lugar por ofrecer una visión retrospectiva de contenidos suficiente, aunque incom– pleta y esquemática y dar, a grandes rasgos, la línea seguida en el desarrollo de nuestro trabajo. Nos referimos al catálogo de la exposición de Baltimore, cuya elaboración acierta a constelar el relato esencial de la historia de Francisco y de su movimiento espiritual con la reproducción de obras de arte relativa<; a los mismos y propiedad del museo responsable de aquélla. Trama sintética de vida, espiritualidad, historia y arte, las ocho « galerías » escalonadas de la exposición americana 93 hacían alto, sucesiva– mente, en estos jalones: el« Misal de san Francisco» (punto de convergencia de intereses litúrgicos, iconográficos y quizás vocacionales para el propio fundador de los Menores); un crucifijo florentino del siglo XIII (bastante más próximo, en factura y acento, al de Giunta Pisano de Santa María de los Angeles que al de San Damián); san Francisco, los franciscanos y el estudio; la estigmatización, distintivo primordial de Francisco y, por ello, emblema de su orden (el Museo posee un Greco espléndido con aquel motivo, válido al mismo tiempo para simbolizar el ideal contrarreformista 92 Anna Teresa Romano y Ferruccio Ulivi, Il romanzo del cappuccino, en Cat. VI, 29-33. Sobre el capuchino Arcángel Lesley de Aherdeen puede verse una noticia de base, con bibliografía, en Lexicon capuccinum, col. 118. 93 Sobre el origen, índole y montaje de la exposición de Baltimore escribe uno de sus principales organizadores, Robert P. Bergman, director del museo-huésped: « '" God's Minstrel: St. Francis of Assisi " presents works of art related to St. Francis and his Order, ranging from the luxurious to the humble, from miniature painting to garden sculpture, from the 13th to the 20th century. The exhihition celebrates the 800th anniversary of Francis' birth. As far as I know, The Walters Art Gallery is the only museum in the United States mounting a major show in conjunction with this inteniational celebration, a particularly fitting event since the Walters is the pcrmanent home of the unique medieval manuscript that forms the centerpiece of the exhibition. And herein líes a tale: In 1981 Bishop J. Francis Stafford of Baltimore was attending a synod of bishops in Rome and was seated next to a friendly Belgian Franciscan who spoke English. When the Franciscan learned that Bishop Stafford was a Baltimorean, he declared that he knew of Baltimore because that was where the "Missal of St. Francis " was located. Bishop Stafford pressed him further on the issue and learned that this was the very book believed by many to have inspired Francis in the founding of the Order. This volume, the Franciscan informed him, was in a Biblioteca in Baltimore. Upon his return home, Bishop Stafford inquired at the Walters, and found that, indeed, our rnuseum was the repository of the manuscript. - This identification of the Francis missal - about which you will read more further on - was the initial motivation for the present exhibition, one that began small but gradually grew in scale. It has truly been a collaborative effort between The Archdiocese of Baltimore and The Walters Art Gallery, a happy collaboration that has fostered a beneficia! exchange of ideas among all concerned » (Cat. IX, [lJ).

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