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HISTORIA GRÁFICA DEL FRANCISCANISMO 393 Acertadamente se destaca la labor del Barocci, no porque pintara « al servicio de la Contrarreforma», sino porque plasmó en formas y colores su convicción entrañable de la verdad católica. Su arte es «devota» en el sentido profesional descrito por san Francisco de Sales: su vocación cristiana fue la de pintor, oficio que santificó con las manos. El cambio de la Roma oficial por una ciudad de provincia como Urbino, pudo deberse a que ésta « ofrecía, sin duda, un clima más recogido e idóneo a la meditación religiosa, y juntamente exaltaba el talento genuino del artista ». Entre los franciscanos prefirió trabajar para las ramas más exigentes en cuestión de pobreza 78_ La profustón del tema sanfranciscano en la pintura de la Contrarrefor– ma tuvo también una motivación menos trascendente que las apuntadas y que podemos denominar celebrativa. A ella pertenece el ciclo iconográfico de la sacristía de S. Francesco Grande, en Padua, donde se canta los milagros efectuados por el patrón de la iglesia con el mismo entusiasmo - y quizás en plan de concurrencia - con que eran celebrados en la misma ciudad, tiempo y modo, los de san Benito y santo Domingo. Fuente de inspiración para ensalzar los de san Francisco fueron los Fioretti más que Celano y san Buenaventura. De calidad mediana, se atribuyen estas pinturas a G. B. de Pcllizzari, G. Specchietti y D. van den Dyck 79 • No sólo para celebrar a san Francisco, sino para hablar « hoy » de él y enseñar su redescubrimiento al hombre actual, han aunado sus ideas los artistas y organizadores de la exposición de Como. Pintores del norte de Italia trataron de expresar conjuntamente su intuición de la respuesta franciscana a algunos interrogantes del mundo contemporáneo 80• Miniatura y estampa Hermana «menor» de la pintura, según, a veces, se la ha llamado, la miniatura es una imagen puesta al lado de la palabra escrita para hacer más patente su mensaje a doctos e indoctos. Su cultivo en la Umbría de los orígenes del franciscanismo se muestra francamente pobre en cantidad vista, pueden verse alusiones en el estudio, ya citado, de la misma autora, La di/fusione dell'iconografia francescana..., en Cat. VI, 159-169, v. gr., en página 163. 78 Dante Bernini, La vita devota del pittore Federico Barocci, en Cat. VI, 57-62. 79 Leone Rosato, S. Francesco Grande. Un raro ciclo iconografico, en Cat. VII, 5-10; Anna Maria Spiazzi, I mimcoli di San Francesco, ib. 11-14. - Este catálogo muestra y examina someramente muchas otras pinturas, fruto del espíritu de la Contrarreforma en Padua, y allí conservadas hoy en S. Francesco Grande (alguna de Gtúdo Reni, pp. 15s), en los Museos Cívico (numerosas obras anónimas, 24-34) y Diocesano (41-44) y convento de los capuchinos (entre ellas, un Marco d' Aviano, anónimo, e JI beato Fe/ice da Canta/ice riceve Gesú Bam– bino dalla Madonna, de fray Simple de Verana (1589-1654; pp. 45-50). Sobre el aspecto celebrativo de san Francisco en la misma época puede verse, en nuestro estudio La infancia de san Francisco en su iconografía menor. Arte, leyenda, historia, en CF 52 (1982) 373- 424, las pp. 421s. 'º Cf. todo el Cat. VIII. 26

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