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HISTORIA GRÁFICA DEL FRANCISCANISMO 391 de la orden en Croacia se han conservado, además, numerosos iconos de la escuela ítalo-cretense de los siglos XV-XVI 72• De cuanto precede surge una conclusión similar a la que se desprendía del examen de la escultura medieval franciscana: como ella, la pintura se centro, desde el punto de vista ,iconográfico, sobre la humanidad de Cristo, de quien considero particularmente el nacimiento y la muerte como actos inicial y final de un mismo drama. La pobreza de Cristo en el establo halla en la cruz la plenitud de su ser de hombre. Desde esa perspectiva, y en función de ella, aparecen la vida de su madre, María, junto al hijo, o en figura aislada 73 • En Cristo naciente y paciente se expresan dos momentos capitales de la historia de la salvación. Puede parecer atrevimiento teológico la posición que se concede a la persona y obra de Francisco, el hombre más conforme a su Maestro, « alter Christus », en aquélla. Pero da pie para interpretarlo así la intención que mueve algunos de sus ciclos iconográficos, tanto en Asís como en ciertas vidrieras historiadas de Alemania 74 • La pintura del Renacimiento no vivió el tema religioso con la sinceridad o emoción de las épocas anterior y siguiente. Por eso debe extrañar menos que no se dedique ningún estudio, iconográfico o de otra especie, a su visión del franciscanismo, sin que el tema le fuera ajeno, ni mucho menos. Ni siquiera la gran pintura umbra del momento ha sido interrogada sobre el particular, sino sobre un detalle marginal, el del paisaje. Pero no se aduce en función del gran umbro que lo santificó en todas direcciones, sino de la arquitectura en aquél frecuentemente retratada. Entre los más notables transmisores de la « línea de cielo » de las ciudades medievales umbras destacaron Benozzo Gozzoli, Nicolás di Liberatore, el Pinturicchio, Pedro Vannucci (el « Perugino »), Eusebio di Sangiorgio, Juan di Pietro (= Lo Spagna) y Tiberio de Asís. Un motivo peculiar de esa pintura paisajista es el del estandarte, desplegado generalmente sobre la « maqueta » pictórica de la respectiva ciudad. Tanto los cuadros de « gonfaloni » como los de « architetture dipinte » contienen muchas veces iconografía franciscana 75 • 72 Andelko Badurina, Der EinflufJ von Byzanz auf die Kunst der Franziskaner in Kroa– tien, en Cat. IV, 399-403; en Cat. VII, 26, puede verse un interesante S. Francesco in ado– razione del Crocefisso, de un pintor de iconos véneto-cretense. 73 Cf. Hanna Egger, Franziskanischer Geist in mittelalterlichen Bildvorstellungen. Versuch einer franziskanischer Ikonographie, en Cat. IV, 471-505, y Graphik und Inkunabeln. Fran– ziskanische Bildthemen in lnkunabeln und Einblattholzschnitten, ib. 650s; puede verse un paralelismo entre motivos iconográficos y litúrgicos en Francesco Costa, La liturgia fran– cescana, en Cat. 11, 301s. Para una comparación de ese temario medieval con el predilecto de la Contrarreforma, v. gr., en la estampa, puede verse Simonetta Prosperi Valenti Rodino, La diffusione dell'iconografia francescana attraverso l'incisione, en Cat. VI, 159-169, con cuantiosas fichas analíticas, tanto en este Cat. VI, 170-188, e ilustraciones subsiguientes, como en el Cat. IV, 652-665. 74 Cf. lo dicho sobre Tomás de Celano supra, 366; G. Ruf, ib.; Ernst Bacher, Glasma– lerei, en Cat. IV, 638-644, quien señala, como muchos otros, la discrepancia entre las prohibiciones oficiales de ilustrar iglesias y ventanas con preciosidades artísticas y la realidad histórica, reconoce la inexistencia de programas decorativos, la supremacía ultramontana en las técnicas de la vidriera y la deuda de las de la basílica asisiense de San Francesco con Centroeuropa; cf. también Cat. ·1n, 85; para miniatura y « soteriología » sanfranciscana, cf. Cat. 11, 327c. 75 Fausta Gualdi Sabatini, Il paesaggio umbro nella pittura, en Cat. III, 65-72, con sus

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