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390 GERMÁN ZAMORA Fuera de ella no se produjo nada remotamente comparable, ni en torno a la figura de san Francisco ni a la de san Antonio, u otros santos cismon– tanos, cuya devoción tampoco caló tan hondo entre el pueblo. Santos indígenas, como san Luis de Tolosa y santa Isabel de Hungría, gozaron ciertamente de gran predicamento cultual e iconográfico, sobre todo en sus países de origen, pero sin aproximarse a esta apoteosis. Mas, salvadas esas distancias, también la pintura al fresco de otros países celebró el mensaje franciscano. Aparte el ya citado y temprano mural de Constanti– nopla, se venero en la catedral de Xanten, hasta 1945, una « Maiestas Domini », de hacia 1228, en cuyo coro de santos aparecía el de Asís. En lo que sí hubo plena coincidencia con Italia fue en la predilecdón por las escenas de los estigmas y de la predicación a las aves, de las que se conocen varias representaciones en la pintura mural de Inglaterra, Checos– lovaquia y Hungría, atribuibles a los siglos XIII y XV. Figurando en pie al lado de otros santos, vemos a Francisco, en creaciones de los siglos XIII y XIV, en las catedrales de Zagreb, en Oberzeiring y Wiener Neustadt. Al género de las croci dipinte pertenece el Francisco arrodillado ante un crucifijo en la iglesia de las clarisas de Dürnstcin y de Stcin, del cuarto decenio del siglo XIV. Cristos murales, para objeto de contempladón constante, se pintaron con frecuencia a partir de la segunda mitad del mismo siglo, como los de las iglesias últimamente mencionadas, obra, sin embargo, de un artista italiano. En los frescos de Stein se muestran no pocos motivos del devocionario franciscano: la crucifixión con figuras a los lados, el crucifijo, el « Varón de dolores», el Trono de la gracia, la Anunciación, María con Jesús Niño, Juan Bautista, la « Compassio » o llanto por Cristo muerto, etc., pinturas de gran valor y fechables hacia 1300, que forman « otro eslabón importante en la cadena de la decoración monumental de Krems y Stein..., interesantes, además y no en última instancia, como testimonios de la rivalidad inter-mendicante lanzada a la autoglorificadón » por medio del pincel: se trata de frescos que glosan las gestas de la propia orden 71 • Este parcial rastreo de lo franciscano en la pintura no italiana halla otro pequeño filón en el arte croata medieval, patente especialmente en Split, donde surgía, en la segunda mitad del siglo XIII, una escuela pictórica, que sumaba antiguos influjos bizantinos a los de la « maniera greca » de Toscana. La intensa actividad pastoral de los Menores en el país, a la sazón, inclina a hacerlos portadores del nuevo espíritu iconográfico, así como de la difusión de determinados motivos bizantinos de la piedad mariana. Esa influencia se nota también en la miniatura. En los conventos 71 E. Lanc, ib. - Más tardíos, y de menos contenido franciscano, aunque obra de franciscanos, son los frescos del convento tirolés de Schwaz, « ein Beispiel franziskanischer Kunst, wie sie in Italien in der Gotik gut bezeugt, im Norden aber kaum anderswo bekannt », a juicio de Erich Egg, Die Fresken im Franziskanerkloster in Schwaz, en Cat. IV, 522-527, y Kunst bei den Franziskaner in Tiro!, en Cat. V, 44-48. Tales frescos, cuyo motivo central es la Pasión, en la que se intercalan algunos episodios sanfranciscanos, datan de las primeras dos décadas del siglo XVI.
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