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plantear la forma de vida evangélica de las pri– meras promociones franciscanas. No fue lo que san Francisco había pensado y vivido 38 • V. LA POSICION DOCTRINAL V PRACTICA DE SAN BUENAVENTURA 1. Importancia de su doctrina y de su gestión en la Orden Se ha podido exagerar la influencia de san Buenaventura en el sesgo histórico que tomó la Orden francis,cana en los primeros cincuenta años de existencia 34 • Pero sería injusto desconocer la decisiva im– pronta de la obra bonaventuriana, cuando s,e trató de fijar y sancionar un género de vida francis– cano que ha durado hasta nuestros días. Una for– ma de vida que podría estar representada por la "comunidad", entendiendo por tal una forma con– creta y estable de vida común que ya no es la "fraternidad" de los primeros años, si es que se dio este proyecto. La vida comunitaria o conventual es muy ante– rior a san Buenaventura. Esta forma estable de vida se realiza ya en tiempos de san Francisco. Aunque, como queda dicho, no deja de ser sor– presivo que en las Reglas se omita cualquier re– ferencia a la misma. La COMUNIDAD, a la que san Buenaventura representa en su forma más bella y correcta, al decir de Ehrle 35 , sería la primera adaptación de la Orden a las cambiadas condiciones de los tiem– pos y el necesario reajuste de la manera de vivir, orar y trabajar, incluso de gobernar, exigidos por las condiciones físicas y síquicas de las nuevas promociones franciscanas, las exigencias del apos– tolado y las circunstancias sociales y culturales de aquella época. Algo tan válido entonces como en nuestro tiempo 3 ~. El mérito indiscutible de san Buenaventura fue el esfuerzo realizado por conciliar la irreversible evolución de la Orden con el espíritu del Funda– dor. Aunque, desde nuestra actual perspectiva (33) Cfr. GRATlrEN DE PARIS, OFM Cap., Historia de la Fundación y Evolución de la Orden de los Frailes Menores en el siglo XIII, trad. española, Desclée de Brouwer, Bs . As., 1947, pp. 96 SS. (34) IBIDEM, pp. 235 ss. (35i Cfr. C. EHRLE, op. cit., p. 559. (36) PC 3. (37) L. LEMMENS, Vida de san Buenaventura, trad. española, Barcelona, 1921, p. 108. (38) IBIDEM, p. 109. (39) IBIDEM, p. 110, ARTICULO$ histórica, pudiéramos cuestionar el feliz éxito de su empresa. Hoy nos parecería sospechosa la actitud que, al parecer, tomó el Seráfico Doctor al adoptar la divisa de "la reg,la toda y a la perfección, pero so– lamente la Regla" 37 • Tendríamos alguna dificultad en aceptar que la Regla no se opone a los prngresos de la Orden ss, o en distinguir entre los ideales de san Francis– co y su vida y las obligaciones previstas por la Regla 39 . De ser esto cierto, se concluiría que la Regla no responde a los ideales y a la vida del santo. Una presunción bastante seria. 2. San B 1 uenaventura y las cuestiones disputadas San Buenaventura sentía un profundo respeto por la Regla .. La unci.ón con que relata el proceso redaccional de la misma, sería un alto exponente de ello 40 . Quería que to.das sus palabras fueran recibidas con reverencia y que su transgresión fuera totalmente evitada 41 • Nos sorprende que, en sus escritos, desconozca totalmente la Regla de 1221 y el Testamento. Lo que se explicaría, dada su condición de teólogo y de jurista, por el hecho de que estos textos no tenían fuerza de ley 42 • A pesar de ello, san Buenaventura es un aban– derado de los "ideales", repensados como objé– tivos, de san Francisco .. A la cuestión de por qué san Francisco dio una nueva Regla, responde con este razonamiento: san Franci.sco se propuso un triple propósito: imitar el Evangelio, dar prioridad al espíritu de oración y contemplación, y predicar la penitencia. Las Reglas anteriores sólo contem– plaban alguno de estos aspectos. Esto, natural– mente, exigía una nueva Regla 48 • Lo que ya no admitiríamos es que la imitación del Evangelio se redujera a la práctica de los consejos evangélicos simplemente; o que el re– curso a la limosna o mendicación, sin la preo– cupación del trabajo, garantizaría la prioridad de la instancia contemplativa 44 • Igualmente cuestionaríamos el esfuerzo por (40) SAN BUENAVENTURA, Leyenda de san Francisco, BAC, 7? ed., pp. 477 ss. (41) SAN BUENAVENTURA, Expositio R&gulae ..• en Ooera Omnia, VIII, p. 437. (42) El .proyecto de Regla definitiva de 1221 no fue apro• bado. ~1 Testamento dej6 de ser obligatorio por la Bula Quo elongati de Gregorio IX (28 de septiembre de 1230). (43) SAN BUENAVENTURA, Determinationes quaestionum ••• en Opera Omnia, VIII, pp. 337-375. (44) IBIDEM, p. 338. 81

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