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TOF co, hombre evangélico, un centro : la Humanidad de Cristo, la experiencia espiritual de su me– diación salvífica; el amor y devoción de Fran– cisco a esta Humanidad. La Regla de la Fraternidad Seglar subraya siempre la prioridad del "ser franciscano, del testimonio, de la presencia viva". Es coherente con esta actitud el invitar a los seglares fran– ciscanos al cultivo de su propia personalidad. invitación que, nos parece, va implícita en el texto citado más arriba y en otros números. En el n'? 15 dice que los laicos deben "hacerse presentes con el testimonio de su propia vida como hombres -propria vita humana- y con iniciativas animosas". En el n'? 14 afirma el de– ber que tiene de ser competentes en la propia profesión, y alude en el n'? 17 a la belleza del propio estado. La Regla afirma estos y otros valores huma– nos en esta perspectiva concreta: la vida en Cristo. Quien lo sigue se hace más hombre. Sería traicionar el espíritu de la Regla con– siderar este "más hombre" como un fruto au– tomático del bautismo y no como una llamada a un empeño más fuerte; una llamada a cultivar la propia personalidad, ayudado por el ejemplo y la gracia -ese "más"- de Cristo. Nuestro mismo estilo humano debe ser testi– monio del mundo renovado en Cristo. La invitación a mirar el ejemplo de Francisco de Asís no es una invitación a copiar desgar– badamente "lo que fue". La invención y la ca– pacidad creadora encuadran perfectamente en la espiritualidad franciscana. Los Asistentes Espirituales no deben consi– derarse maestros en humanismo que tienen la receta pronta para toda ocasión; pero pueden y deben desempeñar un papel importante como animadores y acompañar a los seglares, con el estilo indicado en la Regla: "Del Evangelio a la vida, de la vida al Evangelio". 3. Amor a todos los seres " Respeten todas las creaturas animadas o inanimadas que del altísimo portano significa– zione y empéñense en superar la tentación a abusar de ellas, con el espíritu franciscano de fraternidad universal" (Regla, 18). El amor a todos puede expresarse como con– templación o como dinamismo creador, trabajo e invención. Hoy este dinamismo creador lleva 246 preferentemente una connotación de futuro ; por un mundo mejor, más humano, más bello. La fe cristiana da una nueva motivación a este amor y a este dinamismo; la presencia del Padre, fuente de todo amor, y el llamamiento que hemos recibido a colaborar en la obra de la creación y en la marcha de la historia, hasta la plena reallzación en Cristo. ·· El mensaje franciscano de amor a todos lo~ seres, y de laudes y de acción de gracias al Padre por toda la creación, nacen de una es– pecial capacidad para vibrar con todos los se– res Y de una excepcional y radical experiencia de fe. Entre otros matices de esta experiencia de fe podemos recordar "la sabiduría de un pobre" que ama, sin ansias de posesión, y pue– de cantar con la libertad del que se siente her– mano entre hermanos en un mundo reconci– liado en Cristo. Los seglares franciscanos, de acuerdo con la Regia y de acuerdo con las actuales circunstan– cias, pueden ejercitarse en: -Contemplar con gozo la creación y la his– toria; sintiéndose en ella hermano y agente, lleno de gozo y de esperanza. -Cultivar un sentido profundo de renuncia a servirse abusivamente y contra el bien mismo del hombre, de las cosas y del progreso. -Dedicarse a un progreso técnico al servi– cio del hombre y que nos dé un mundo más bello. (Incluso desde el punto de vista de la Ecología). La renuncia, incluso llegando hasta la pobre– za y la desnudez de Francisco, no es fruto de desestima de las creaturas (Regla, 11), sino sig– no de un amor y de una entrega en el espíritu de las bienaventuranzas. Las expresiones de la Carta a todos los fie– les deben entenderse a la luz de la Carta a los Gálatas -la vida según el espíritu y la vida según la carne y a la luz de la vida toda de san Francisco. 4 . La Fraternidad No podemos pensar en el cultivo de nuestra propia personalidad como una tarea que nos compete a nosotros solos y en la que debemos empeñarnos aisladamente. Nuestra vocación franciscana es vocación a la vida evangélica en fraternidad. La fraternidad

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