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230 GERMÁN ZAMORA electrónica ha aportado también una contribución no despreciable me– diante su tratamiento específico del Corpus des Sources Franciscaines 5• Todos estos factores de índole espiritual, científica y técnica, los vemos felizmente acogidos y conjugados en función del resultado a que se aspira, a saber, « continuar creando un espacio de encuentro entre Francisco y los que a él quieran llegarse » (p. XIV). Respecto a la calidad del trabajo de sus muchos colaboradores, la encontramos tan varia como su número, por lo que no es posible un juicio unívoco. Hacemos nuestra la convicción común de que obra de muchas manos es difícil sea perfecta, y del deseo de que alguna vez emprenda esta que nos ocupa una sola pluma bien capacitada, al menos en los dos aspectos principales que entran en juego: el de introductor y el de traductor, y especialmente este último. Las introducciones, la general a todos los Escritos de san Francisco y la peculiar a cada uno, están bastante bien de fondo o contenido ideoló– gico, pero no tanto de forma o expresión de ese contenido. Para que tal marco armonizara con lo que encuadra, debiera haberse seguido la norma del propio Francisco, recordada en la p. 4, de « escribir sencilla y puramente», o aquella otra del Testamento: « Con pocas y sencillas palabras lo hice escribir». Con diafanidad, sin subjetivismos ni retorsio– nes del lenguaje. Evitando el acumular ripios, propios del momento en que se escribe, y tan efímeros como él. Abundan, además, alusiones expresas o veladas a otras espiritualidades, netamente místicas, como el « rompe la tela de este dulce encuentro », su « más profundo centro», « a la zaga de las huellas» (p. 5, 6, 46), a pesar de parecerle a quien las hace que « Francisco no habla en descripciones místicas », y ello por la extraña lógica de que el Santo « escribe sencillamente » (p. 6), y con la ulterior contradicción de que su estilo en la Carta a todos los fieles se presenta « exaltado de misticismo a veces». Quizá, las introducciones de S. López tengan su mejor aplicación para dirigir ejercicios espirituales franciscanos, como comentarios a los textos del Santo, cuyas vivencias trasponen con frecuencia a clave teológica, social, etc. Las introducciones de L. Iriarte a cada una de las biografías y documentos contrastan al vivo con las de su colega por el estilo, directo y preciso, el contenido, generalmente objetivo, y la atención constante a un público lector de cultura media entre la del especialista y la del profano, a quien suele ofrecer un buen encuadre de cada pieza. Tratado cada asunto sin aires panegíricos ni de exaltación espiritual, ese resumen del estado actual de la cuestión será suficiente para sus destinatarios, aunque, por lo mismo, pueda dejar que desear a críticos más exigentes en puntos como la marginalidad de algunas opiniones históricas, la parquedad bibliográfica o la escasez de notas explicativas, lunares éstos últimos que afectan a toda la obra y que pueden obedecer también a exigencia editorial. 5 Jean-Franc;:ois Godet et Georges Mailleux, Opuscula sancti Francisci. Scripta sanctae Clarae. Concordances, Index, Listes de fréquences, Tables comparatives, Louvain 1976; cf. Coll. Franc. 47 (1977) 126-128.
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