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456 BERNARDINO DE ARMELLADA 17. Después de esta exposición somera de una exploración profunda a lo largo y ancho de la obra bonaventuriana, creo se puede concluir que S. Buenaventura posee una filosofía en sentido pleno. Es la filosofía por la que el hombre se sitúa racional y razonablemente frente a su propia realidad poniendo en acción todas las luces de que está dotado por la naturaleza. Y esto le ofrece a S. Buenaventura un campo homogé– neo de realidades humanas y divinas en que la razón natural es suficiente criterio de verdad 18 • La dimensión sobrenatural es, por otra parte, un hecho histórico en el que se integra esa realidad humana en doble perspectiva. En un sentido, lo natural es presupuesto para la gracia. Y es en ese estadio lógico donde la filosofía, la razón natural, tiene el carácter previo a la fe que le atribuyen las "Colaciones sobre el Hexaémeron". En un segun– do aspecto, la naturaleza elevada por la gracia tiene que responder inteli– gentemente, poniendo en acción sus razones filosóficas, a lo que de parte de la revelación divina es una invitación a asumir activamente su verdad. Es ia filosofía consecuente a la fe, según el sermón sobre Santo Domingo. Porque la revelación no anula la capacidad reflexiva del hombre, de modo que, cuando esos razonamientos penetran en un asentimiento de fe, se tiene la teología. La evolución evidentemente negativa de S. Buenaventura respecto a las razones tanto filosóficas como teológicas está claramente motivada por la actitud moral del hombre. La 'curiosidad", que el Seráfico Doctor estigmatiza con tanta virulencia al final de su vida, no es la razón humana en sí ni en su función natural, sino su insubordinación y petulancia que 18 Un trabajo relativamente reciente sobre el tema de la filosofía de S. Buenaventura es el libro de Andreas Speer, Triplex veritas. Wahrheitsverstá'ndnis und philosophische Denkform Bonaventuras. Werl/Westfalen 1987, donde se reivindica para el pensamiento filosófico bona– venturiano una autonomía que radica en su fuente natural y primigenia, e.d., la luz interior del entendimiento, cuyo dinamismo lógico conduce al hombre, a través de verdades funda– mentales sobre sí mismo y sobre el mundo, a una comprensión unitaria primero del ser en general y luego a la verdad del ser primero. En la recensión del mismo echaba yo de menos la perspectiva del proceso de S. Buenaventura respecto de su confianza en la filosofía, como lo subraya Bérubé. Y frente a tanta variedad de pareceres, hacía mía la reflexión de Speer respecto del tema de la relación de lenguaje y comprensión, que allí estudia: "Merece la pena preguntarse en qué modo y en qué grado Buenaventura mismo hizo objeto de su reflexión personal esta relación... y hasta qué punto era realmente con– sciente de la problemática que ello encierra" (Cf. CF, 59 [1989] 190).

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