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S. BUENAVENTURA FILÓSOFO 453 empleada por S. Buenaventura, las dos reportaciones están de acuerdo en que el nombre de Dios es el "ens" o "esse primum" tanto para el filósofo como para el teólogo. Pero el acuerdo de fondo deja percibir una interpretación personal divergente sobre la expresión anselmiana de esta noción o su relación con la noción empleada en el Itinerario. Sucede que la edición B, después de haber enunciado el tema propuesto por el orador, de contemplar a Dios como el esse primum, parece olvidarlo para hacer del esse el nombre propio de Dios, como en el Itinerario. La edición A, por el contrario, se atiene siempre fielmente a la noción de Dios como ens primum. Con todo, ambos están de acuerdo en realidad, ya que el reportador de B se corrige usando esse primum cuando se aperci– be de su alcance. 16. Veamos ahora cómo se concibe la ascensión del filósofo hacia Dios. Se reconoce una triple vía: razonamiento, experiencia, inteligencia. Por la vía del razonamiento se remonta al ser primero a partir de su contrario constatado en cualquier creatura. S. Buenaventura conserva seis de los diez argumentos que adujo en Cuest. mist. Trinidad. Este ser prime– ro es la causa primera. Las dos redacciones están de acuerdo; si bien la A es más clara: "Si est ens productum, necesse est ponere producens primum... " Pero esta redacción A no ha comprendido los argumentos por vía de experiencia. La B parece darse cuenta desde el principio de que S. Buenaventura toma los argumentos precedentes para mostrar que las condiciones del ser producido, compuesto, mezclado de potencia y acto, muestran que estos seres son privaciones. Y como según un axioma "las privaciones no se conocen sino a través de sus hábitos", hay que presupo– ner un hábito positivo inherente al espíritu, en virtud de este otro axio– ma: "Todo conocimiento se obtiene en virtud de otro conocimiento preexistente". De aquí se concluye que el espíritu experimenta en sí mi– smo una luz por la que conoce que el Ser primero existe (244). Al resumir estas tres vías añade, unas líneas más adelante, que en el conocimiento a través de experiencia las privaciones son conocidas por la posición de la causa y que estos seis argumentos, los seis enunciados en la vía del conocimiento por razonamiento, se dicen a modo de defecto y de privación. Leyendo esta descripción del conocimiento experimental o innato, el lector de estas reportaciones concluye que S. Buenaventura ha aportado sin duda una versión nueva del conocimiento innato, acentuando el carác– ter a posteriori. Además, el reportador continúa con una serie. dé ;consideraciones en

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