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S. BUENAVENTURA FILÓSOFO 443 según el Doctor Seráfico. Un estudio que le parece fascinante por su complejidad, pero que pone de relieve el papel de la filosofía en el ideal bonaventuriano de acceder a la plenitud de la sabiduría cristiana. Al tener que seguir hablando de la filosofía dentro del marco de la teología, Bérubé vuelve a recordar la idea de teología en S. Buenaven– tura y las circunstancias en que expuso su pensamiento sobre los servicios que la filosofía está llamada a prestarle. Recuérdese la noción anselmiana de teología en el Comentario a las Sentencias; la ambivalente del Brevilo– quio y la dionisiana en el Hexaémeron. Todo ello implica también un desarrollo interno del pensamiento filosófico de Buenaventura: - teología del hombre imagen de Dios (Comm. Sent.); - filosofía de Dios, objeto primero de las facultades (Itinerario); - pasando por una etapa de madu– ración en las cuestiones disputadas (Ciencia de Cristo, Trinidad). Doy sólo unas referencias sucintas del detallado estudio de Bérubé: S. Buenaventura distingue entre un conocimiento perfecto de la imagen, que es dado por la fe y que permite el conocimiento de la Trinidad de las personas divinas, y un conocimiento imperfecto al que llegaron los -filósofos y que permite atribuir a Dios la memoria, la inteligencia y la voluntad. Piensa S. Buenaventura que Dios está presente al alma y a todo entendimiento por la verdad. Es una cierta semejanza, no abstracta, sino impresa en el alma. Esta presencia de Dios como verdad es el origen de un cierto conocimiento de Dios mismo, que influye en todo otro conocimiento: son los elementos de una filosofía del conocimiento, conse– cuencia de una teología de la creación presentada más explícitamente en el libro II de las Sentencias, (167) en cuya distinción 16 se explicita abundantemente esta doctrina. Toda creatura es necesariamente semejante a Dios en cierta manera (al menos lejanamente como vestigio). Pero la perfección del universo exige que una creatura sea expresamente semejante a Dios, e. d. que sea su imagen. Esta semejanza es una conveniencia de orden y de proporción entre la copia y el ejemplar... Dios crea para manifestarse; como bondad soberana ha hecho todo para comunicarse: y no hay alabanza sin aprobación, no hay manifestación sin comprensión, ni comunicación perfecta sin utilización de las cosas; y sólo la creatura racional es capaz de esto, puesto que las creaturas no racionales no pue– den ser ordenadas a Dios sino por medio de una creatura racional. Esta, al ser apta para conocer naturalmente, para alabar y asumir las otras cosas por la voluntad, es naturalmente apta para ser ordenada a Dios inmediatamen– te (168).
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