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442 BERNARDINO DE ARMELLADA veces con otros términos en el Comentario a I Sentencias y otra vez en un sermón de la Epifanía. Un texto, pues, que Buenaventura ha medi– tado frecuentemente y que le ha llevado a asociar la visión dionisiana de teología con la anselmiana. Quiere decir evidentemente que hay que dar la primacía a la Escritura, reduciendo lo posible el espacio de los razonamientos teológicos y, con más razón el recurso a las ciencias pura– mente profanas de los filósofos. Es, pues, más que probable que se da una evolución o maduración espiritual bajo la influencia de Dionisio, pero ello no suprime una evolución teológica correlativa. El hecho de la influencia de Dionisio en Buenaventura desde el principio de su estudio hace deducir sin duda que su actitud frente al aristotelismo y la filosofía averroísta, y su misma desafección a la teología especulativa, se pueden presentar bajo una luz nueva. Por una parte no será necesario dar una importancia determinante a la crisis del averroísmo latino por el año 1273, y habrá que dejar sitio a la evolución de los métodos de enseñanza en el interior de la facultad de teología. Sólo así, advierte Bérubé, adquieren todo su sentido las expresiones bonaventu– rianas en las Colaciones sobre el Hexaémeron (160). 11. A esta consideración conéerniente a la evolución de una teología anselmiana y especulativa hacia una teología dionisiana y escriturística, Bérubé añade un elemento más concreto: el del supuesto diálogo (implíci– to) de Buenaventura con Rogerio Bacón. Al lado de su concordancia sorprendente reconociendo la necesidad de polarizar todo el estudio hacia la Escritura, hay una discrepancia fun– damental en el empleo de las ciencias humanas. Si Bacón encuentra en ellas el esclarecimiento de la S. Escritura, para Buenaventura la Escritura, más que iluminar, parece sustituir al libro de la creación, emborronado por el pecado. Detenerse en la creación sin referirlo a la Escritura, sería una curiosidad pecaminosa, un adulterio 8 • Más positivo, para una apreciación del factor filosófico en S. Buena– ventura, es el estudio detenido que Bérubé dedica a lo que llama tránsito de la teología de la imagen a la filosofía del objeto de la inteligencia 8 Bérubé hace esta observación de adivino: "La inteligencia entre los Doctores Será– fico y Admirable no era entonces posible. En el ardor de la lucha por la inteligencia de la Escritura ellos juzgaron inconciliables métodos que siete siglos después aparecen com– plementarios a sus comunes admiradores". (162).

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