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ESCOTO, LA INMACULADA Y EL PECADO ORIGINAL 151 Como ya decíamos, las últimas discusiones surgidas en torno a la teología tanto de la Inmaculada como del pecado original, han vuelto a insistir en la interdependencia y en la simbiosis de ambas verdades. A la explicación del dogma mariano le sería consustancial la referencia a la ley universal del pecado original. Pongamos que tal pecado no existe en nadie. La afirmación que se hizo sobre María quedaría hueca de conte– nido, en su sentido más obvio y directo. Por tanto, vienen a decir estos mariólogos, lii.s nuevas teorías que intentan trasformar y más las que niegan ya el pecado original tradicional, nacen refutadas a radice - dejando de lado otros motivos - por la proclamación del dogma de la Inmaculada. Nµestra argumentación, dice J. M. Alonso, era segura: una teoría del pecado original que vacía de sentido al dogma de la Inmaculada Concepción de María debe ser falsa. Lo mismo diríamos de cualquier otro dogma... Ahora bien; entre las teorías que hemos recensionado en este Boletín, no hay· ninguna que .no prive de toda significación al dogma de María Inmaculada. Una vez más, la mariología se nos ha parecido como un campo privilegiado de "experimentación teológica de la fe". Tal vez sea éste el mejor sentido que podemos dar al antiguo adagio: "Tu sola cunetas haereses contrivisti" 21 • J. M. Alonso habla así impresionado por las tergiversaciones de la doctrina tradiciónal sobre el pecado original. Podemos suponer que sus palabras se hubieran endurecido frente a los negadores explícitos de dicha doctrina. Despojando las frases de Alonso de su énfasis, de la subyacente carga de seriedad y solemnidad, traducidas al lenguaje coloquial, leídas con cierto leve buen humor, podríamos decir: Según J. M. Alonso, María, desde el misterio de su inmaculada concepción, aplasta/destruye a los "herejes" que (trasforman o) niegan el pecado original en su sentido tradicional. Pues bien, al mismo nivel coloquial, con parejo aire de buen humor nos permitimos invertir sus palabras en esta forma: María, desde el misterio de su concepción inmaculada, "aplasta/destruye" a los 'herejes" que afir– man que todo hombre llega a la existencia en pecado original. Hemos dado la explicación: leído este acontecimiento histórico salvífico de la vida de María desde los principios de una adecuada cristología, soteriología, carito– logía, nos descubre la existencia de una economía general de la gracia 21 J. M. Alonso, Boletín de Mariología. Cuestiones actuales. IV: ¿Desmitologización del dogma de la Inmaculada Concepción de María?, en Ephem. Mariolog. 23 (1973) 95-120, texto en 120.

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