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ESCOTO, LA INMACULADA Y EL PECADO ORIGINAL 149 El dar un paso desde la inocencia de María a la inocencia ·original :le todos, parece venía impedido por la frase adjunta "por singular gracia v privilegio". Aquí queremos fijar nuestra atención. Cuando se habla de la "singular gracia y privilegio" recibido por María, hay que explicar la fórmula de modo mucho más· correcto y convin– :ente de como lo hicieron tanto los maculistas como los inmaculistas anti– ~uos y sus epígonos actuales. No se debe hablar de la gracia inicial de María y de su inmunidad del pecado original como si fuese una singulari– :lad y regalía que ella recibe en exclusiva. Como si el concederle la inocen– :ia original implicase alejar de ella a los demás hombres, distintos y distantes por nacer empecatados, frente a la que nace Purísima. En tal caso la exce– lencia de María brillaría a costa de encumbrarla en un espléndido aisla– miento; de trasformarla en ·una especie de figura mítico-simbólica, como lln bello ideal celeste platónicamente distanciado de los demás hombres. La singularidad de lo que le acontece a la Inmaculada, no se encuentra ;n ·1a línea de lo cuantitativo y numerable, como si ella tuviera un número de gracias que los demás, en absoluto, no poseen. Debe interpretarse en la línea de lo cualitativo, de lo compatido, de lo paradigmático. Vale decir: no es que la Virgen tenga gracia inicial y los demás carezcan en absoluto de ella y tengan más bien pecado. ·Es que María ha recibido la universal gracia inicial en calidad; densidad y llenez superior a los demás. María es la "Llena-de-gracia= Panaguia", mientras. que los demás son simplemen– te agraciados de Dios. Ella es la sublime, perfectísima redimida, mientras que los demás lo son en la medida de Cristo que · DiQs les otorga 19 • Es una incongruencia presentar el "singular privilegio" de María ca– racterizado por la idea de exclusividad y alejamiento. No se debe presentar al arquetipo, al ejemplar, al paradigma alejado de sus ejemplados. Estos comparten las cualidades del ejemplar. Precisamente, porque María es proto– tipo, paradigma de la Iglesia y de todos los redimidos, por eso la ley del simbolismo realista, de la ejemplaridad efectiva, demanda que los ejem– plados reciban - a su nivel y medida peculiares - la común gracia inicial que María recibe en su peculiaridad, que és la plenitud. Así, pues, la singularidad y privilegio de María no consiste en que ella entre en la existencia "inmaculada", y los demás "manchados". La limpieza inicial es compartida 20 • 19 Ver los art. de D. Fernández y Alejandro de Villalrnonte citados en nota 4. 20 "El privilegio de María (la I,nmaculada Concepción) no la separa de la humanidad ni de la Iglesia, porque la Inmaculada tiene una función tipológica para la comunidad cristiana
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