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144 ALEJANDRO DE VILLALMONTE más pertinente a nuestro intento actual es esta: la predestinación de Cristo, su existencia y actividad terrenal no están motivadas - como impulso directo, inmediato y prioritario - por lo hecho del pecado, originante en Adán, originado en los demás hombres. Esta lectura hamartiocéntrica, infralapsaria y hasta "adamocéntrica" queda superada. Si se afirma, en forma consecuente, el primado absoluto de Cristo, hay que añadir que el Adán primero debe quedar reducido a ser símbolo, parábola, tipificación umbrátil del Segundo, Aquel que ha de venir 1 4. Pero el ser, la dimensión óntica del misterio de Cristo, está subordina– da y hay que estudiarla, según Escoto, en función de la dimensión dinámica– operativa del mismo. Dios elige a Cristo, dice, porque quiere que, entre los seres creados, haya alguien que le ame y glorifique con el supremo amor de caridad posible en un ser distinto del propio Ser divino. Por la unión hipostática Cristo es el más perfecto de los seres creados: Sum– mum Opus Dei, Summum bonum in entibus. Pero el recibir esta suma perfección óntica es para que, dotado del supremo ser sobrenatural - de la caridad más alta posible - pueda amar y glorificar a la Trinidad sumamente 15 • En esta perspectiva escotiana, la misión/actividad de Cristo no es pri– mordialmente soteriológica en el sentido de la palabra, no tiene una referen– cia prioritaria y directamente antropológica, salvadora del hombre. Su misión/actividad primera es teocéntrica, latréutica, dirigida al supremo amor y glorificación de la Trinidad. Los teólogos modernos gustan en presentar a Jesús como el Hombre-para-los-demás. Es cierto, pero el N. T. presenta a Jesús, más radicalmente, como el "Hombre-para-el-Padre". La dirección vertical, teocéntrica de su acción es absorbente. Pero, lo es en tal forma - y aquí estriba su mayor originalidad - que el hombre está coenvuelto en esta Gloria y en el Reinado del Padre que Jesús quiere establecer. Recordemos la conocida frase de Ireneo: la gloria de Dios consiste en la glorificación del hombre. La acción de Jesús es teoantropocéntrica. 14 Para el conocido tema del primado de Cristo en Duns Escoto - textos y estudios - remitimos a Alejandro de Villalmonte, El "Mysterium Christi" del Vaticano II en perspectiva escotista, en Nat. Gracia 13 (1966) 21.5-268. Escoto, como todos los de su época, creyó ingenuamente en la rigurosa historicidad del Adán genesíaco. Sin embargo, desde su visión unitaria y plenamente cristocéntrica de la actual historia de salvación, cualquier intento de elevar una "teología de Adán" resulta marginal y puede superarse fácilmente. 1. 5 Esta indicación que aquí hacemos puede completarse con el estudio de A. Kandler, Die Heilsdynamik im Christusbild des J. D. Scotus, en Wissenschaft und Weisheit 27 (1964) 175-196. Los textos de Escoto aquí y nota 14.

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