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TRES ESTILOS DE HACER FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA 75 Esta sabiduría de refranes, adagios y proverbios ha formado parte de la que cristalizó en las literaturas sapienciales, a las que hemos ya hecho referencia. De ellas viene a ser la parte más popular y muy sensible a los avatares diarios · del vivir. Desde la perspectiva en que nos hemos colocado en este estudio, me parecen muy acertadás las observaciones que Lorenzo Riber antepone a su versión de los Adagios de Erasmo. "Estos proverbios - escribe - que recorren el mundo, que son ubicuos y se los encuentra en dondequiera y se transmiten de lengua en lengua y de civilización en civilización, proce– den de las más abstrusas profundidades de la •Historia; son restos sobrevi– vientes y venerables testigos de la sabiduría de los hombres de la antigüedad. La Humanidad recogió en ellos lo que tiene de más exquisito y de mejor". Refrenda este autorizado escritor su atestado a favor de esta sabiduría popular con las mismas palabras de Erasmo que dice así: "Hay en estas paremias, sin duda, una nativa y genuina fuerza de verdad. Porque si no fuera así, ¿cómo se explicaría que muchísimas veces una sola sentencia haya pasado a cien pueblos y que no haya muerto, ni siquiera envejecido, a través de tantos siglos que ni las mismas Pirámides pudieron resistir?" 9 • Por nuestra parte, debemos anotar lo que de modo implícito ya viene dicho en las citas que hemos aportado. Es decir, que esta admirable rique– za paremiológica no ha sido fruto otoñal de largos razonamientos, sino que ha brotado de la intuición del pueblo. Es~ tiene su más secreta raíz en los. d~stellos que Dios hace columbrar sobre las mentes humanas. Por este motivo concluimos aquí de modo semejante al anterior apartado. A la escucha de Dios y por intuiciones geniales ante el diario vivir se han originado los innumerables refranes, adagios y proverbios para ser guía luminosa del hombre en su duro caminar por la vida. Y también, para risa y chiste en sus incontables charlas de convivencia. Ha sido un infortunio cultural que la paremiología haya sido poco estudiada. Ha sufrido con el ascenso triunfal de la filosofía en el pensa– miento de Occidente. Parece, sin embargo, haber llegado la hora de una vuelta al venerable saber sapiencial de las antiguas culturas. La crisis no superada de la ciencia parece estar pidiendo esta vuelta. Al pensador cris– tiano toca tomar conciencia de este nuevo ascenso de la sabiduría milenaria y darle iluminada aportación. 9 Lorenzo Riber, Prólogo a Obras escogidas de Erasmo, Madrid 1956, 17.

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