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224 lU(RlQU& RlVUlA D& VENTOSA racionales en las que indefectiblemente existe siempre una vocación de· paz. Me parece, pues, que con esta alusión a la armonía cósmica y hu– mana que cantó altísimamente el maestro salmantino podemos concluir· este estudio sobre el encuentro de culturas. Que es, al mismo tiempo, encuentro de ideales y de aspiraciones. Pues bien; este encuentro se– hace música dulce y extremada en el alma y en el canto de Fray Luis. Dámaso Alonso, hoy presidente de la Academia de la Lengua, muy parco en elogios, llega a decir que no hay estrofa en la literatura mundial comparable a aquella en que Fray Luis contempla, dentro de la tradi– ción cristiana, al cosmos como un carmen mysticum, como una can– ción sagrada que el Hacedor divino, gran Maestro, ha compuesto con excelsa maestría: Ve como el gran Maestro a aquesta inmensa cítara aplicado, con movimiento diestro produce el son sagrado con que este eterno templo es sustentado 49• ..i Estrofa quinta de la Oda a Salinas.