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LA FILOSOFIA MODERNA Y LOS CAPUCHINOS 375 la generac1on anterior, veneradora de « los Torrecillas ». El veredicto podría suponerse 11 • 3. Triunfo de la « Philosophia » en las provincias periféricas y en Roma Mientras en Castilla se endurecía la actitud de los mandos contra el Curso filosófico de un miembro preclaro de la provincia, las de Valencia, Andalucía, Navarra y Cataluña reiteraban su complacencia y aceptación. El provincial de la región levantina prometía al Consejo informar al próximo capítulo, a fin de que los nuevos superiores decreta• ran que « en lo sucesivo se enseñe la Philosophia por el mencionado Curso del P. Villalpando ». El de la Bética anunciaba estarse ya practicando con un grupo de diez « Filósofos », y que seguiría ejecután– dose así en el futuro. Fray Esteban de Olot, responsable de la catalana, se expresaba con similar entusiasmo, no dudando de la docilidad de todos sus religiosos, a la vez que lamentaba la estrechez económica para adquirir los ejemplares necesarios: decía que apenas había podido hacerse con uno, el cual obraba ya en manos del lector correspondiente. El nuevo provincial de Navarra aseguraba igualmente estarse ya cursando por Villalpando; lo hacía el 13 de mayo de 1780 12• De satisfacción no menor para éste hubo de ser el rescripto que, al acabar el año 79, recibía del definitorio general de la Orden, animándole a continuar sus trabajos (el Curso filosófico debería ir seguido del teológico, si la orientación modernista dada por él llegaba a triunfar), y sobre todo, una carta del definidor general español, para anunciarle que por el mismo correo despachaba « Orden al Provincial, intimándole 11 D. Antonio López Sánchez de Chaves, en un comunicado del 29 de agosto de 1776 a Roda, y hablando de dos listas electorales facilitadas por el P. Fermoselle, escribía que, según éste, ambas serían « acertadas y capaces de reformar los abusos de esta Provincia, promoviendo los buenos Estudios, y desterrando de las Librerias a Torrecilla, y otros de igual calibre» (AHSGJ, leg. 644). El capuchino Martín de Torrecilla (t 1709) publicó un Cursus philosophicus (Matriti 1667), utilizado de texto en su propia provincia. Este manual pudiera simbolizar entre los suyos, en oposición al dado a luz por el P. Villalpando, el tan traído y llevado « método antiguo ». Acerca del equipo de censores leemos en el Viridario, 529: « En el día 22 se juntó la Ra. Difinición, y en vista de los Decretos del Consejo de Castilla, de 16 de Noviembre y 18 de Diciembre, para que en nuestros Estudios se explique la nueva Philosophia del P. Villalpando, se determinó nombrar algunos Padres para examinarla, y ver si conduce o no en ellos; y nombraron a los RR. PP. Fr. Fidel de Alcabón, Fr. Francisco de Ajofrín, Fr. Ambrosio de La Mota, guardián de Valladolid, Fr. Angel de Toro, de Salamanca, Fr. Fidel de Marquina, Lector en El Pardo, y a Fr. Fidel de La Calzada, Lector en el de Toledo». 12 AHNC, loco cit., f. 74-85. Los superiores provinciales de las jurisdicciones que acogieron favorablemente la imposición del Curso de Villalpando fueron los PP. José de Fuendetodos por Aragón, Jerónimo de Almonaster por Andalucía, Esteban de Olot por Cataluña, José de Monóvar por Valencia, Matías de Rincón y su sucesor Nicolás de Eslava por Navarra. Sobre el éxito de la Philosophia entre los capuchinos catalanes puede verse nuestro estudio La filosofia de Francisco de Villa/pando en Cataluña, en Est. Franc. 79 (1978) 386-405.

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