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384 GERMÁN ZAMORA En resumen, de la lectura de los cuatro informes se deduce la conclusión que había anticipado el P. Bustillo al Consejo, avisando de su entrega y contenido: « Todos contestes me informan que la dicha Filosofía no es adaptable a nuestros monásticos Estudios, ni conveniente a los que nos prescriben nuestras sagradas Constituciones ». ¿ Se rendiría el Consejo de Castilla ante tan reiteradas negativas de un provincial ? ¿ Haría quiebra el empeño regalista de dirigir los estudios incluso en los centros de formación religiosa? 7. Esbozo de la réplica de P. Villalpando y su recurso a Carlos III El envío de tres de los dictámenes capuchinos al Consejo contra el Curso del P. Villalpando tuvo lugar en el mes de julio de 1780. La universidad de Salamanca remitía el suyo a mediados de agosto. Apenas tuvo noticia de ello, el P. Villalpando procedió como en el caso de sus correligionarios: pidió al Consejo una copia de la censura de los comi– sarios salmantinos, « con facultad y orden de satisfacer a ella en todos los puntos en que se le valiere ». Y adelantaba ya un deseo en el que más tarde insistiría fuertemente, a saber, que ambos documentos se dieran a luz 23. El Consejo accedió a lo primero y el 28 de agosto expedía una carta orden mandándole defender su Curso y persona de los ataques proce– dentes tanto de la universidad citada como de los capuchinos caste– llanos 24 • La carta venía acompañada de las copias del « Extracto » y de los dictámenes en lid. El P. Villalpando redactó inmediatamente - « en muy pocos días, y sin algún auxilio [ ...] contra unos escritos, a que han concurrido tantos, y con la mayor detención y prolixidad » - una respuesta apologética bastante extensa (ocupa 80 folios en el manuscrito original). Desplegaba en ella el doble objeto de vindicar su doctrina contra los vituperios de unos y otros, y demostrar su utilidad para la renovación de la atmósfera intelectual de España, especialmente en la universidad. Según él, tal empresa le había producido ya molestias y disgustos de clase superior « al trabajo esencial e intrínseco » de componer su Curso. La causa de estos sinsabores, cuyo arco expansivo segu1na en crescendo a lo largo de aquel año de 1780, estribaba por igual en la oposición todo a A. Haller y a G. L. L. Buffon. En realidad, corresponden a dos etapas muy diversas en la historia de la ciencia, la antigua - y casi precientífica - y la moderna. Desde el punto de vista ético-pedagógico, ambos experimentan algún reparo en la exposición de tal materia, sintetizable en las palabras con que la inicia el P. Villalpando: « Difficillimam hanc provinciam aggresuri... » (cf. para éste su t. II, pp. 501-517, y para el Brisa.cense su t. III, pp. 264-265). " AHNC, leg. 5539, n. 34, f. 260. No accedió el Consejo a su publicación por considerarlos documentos privados. 24 AIINC, kg. 50769, f. 1 col. b.

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