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cielo, mientras se hallan en la existencia terrena. La vida del mís– tico,· como la de la Iglesia, se dice con palabras de San Pablo que está escondida eon Cristo en Dios. Tal feriómeno no es obstáculo para que en momentos y tiempos fuertes no se revele, no se haga patente en la historia. De hecho, en ésta se ·da una vena secreta e ininterrumpida de «experiencia del misterio divino» a la par que su continuo e ininterrumpido testimonio. El encuentro del hombre con la realidad divina se traduce siempre en fuente originaria de expresión lingüística. b) La experiencia mística y la teología en Osuna Francisco de Osuna distingue, coincidiendo con las ideas de su época, dos teologías: la especulativa y la mística. La teología es– peculativa es calificada por él de «escudriñadora», ya que intenta «escudriñar» la naturaleza divina, para que la contemple la mente humana como suma verdad. Su ámbito, por ello, cae dentro de las tareas del entendimiento y se ejercita mediante razones, discursos y probabilidades. Se trata de un conocimiento escolástico, en el sig:r1ificado medieval. Es decir, propio de gente de letras. La teología mística, en cambio, posee el rasgo propio y origi– nal de ser «escondida», porque es enseñada en lo «escondido y se– creto» del corazón humano. _Tiene por único maestro a Jesucristo y, por discípulos, a los hombres que se recogen en su más profunda interioridad. Su objetivo último es el de la unión del hombre con Dios por el amor. La teología mística es más excelente y perfecta que la especu– lativa, principalmente por dos razones. En primer lugar, porque la teología especulativa es ciencia subalterna de la teología mística, ya que la. suma verdad, a la que aquella tiende, está ordenada al amor, que es el objeto de ésta. En segundo lugar, porque la teología mística produce en el hombre la satisfacción perfecta de sus facul– tades. La. q.e la inteligencia, por el conocimiento de la suma verdad; la de la .voluntad, por la p9sesión gozosa de la suma verdad. Del conocimie1J,to de ia suma verdad y· de la posesión. gozosa de ésta se deriva un saber experimental «por experiencia», que supera el puramente intelectivo 82 • Hablar del amor, del gozo y de la felicidad del hombre por su experiencia unitiva con Dios, es hablar de una realidad profunda que se manifiesta empíricamente a través de «ciertos fenómenos 82 Francisco de Osuna en el c. 2 del tratado 6 presmita. la vdsión de la teología. especul:ativa y de 1~ teolo~ía místioo.. 61

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