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se olvida de. los gusanos, puede olvidarse del hombre. qq.e busca disfrutar de .su presencia? 75 •. Osuna menciona. a las ovejas siempre dentro del contexto evangélico que evoc~ a Cristo, .el buen Pastor; La polilla que roe lo .que estaba entero es figura de la hipocresía que destruye toda clase de virtudes y transforma el recogimien'l;o en un nido de soberbia y maldad. Como la polilla, la mula es men– cionada una sola vez en el Tercer Abecedario. Aparece. en el con– texto que impone atención concentrada en la oración mental, evo– cando la conocida anécdota de San Bernardo, cuando ofreció su ca– balgadura a un campesino, si éste lograba rezar el Padre nuestro pensando en solo Dios. A la mitad del Padre nuestro, el campesino no pudo por menos preguntar a San Bernardo si le daría con la mula también los arneses. Por último, nos encontramos con la sala– mandra, el gallo y la gailina. De la salamandra que muere fuera del fuego, hace uso nuestro místico andaluz par enseñar que el recogimiento nace, crece y se consuma en el amor. Cuando el «fuego del amor y de la caridad» faltan, la oración de recogimiento .muere. El gallo y la gallina, por otro lado, merecen un tratamiento parti– cular. El varón recogido se eleva a Dios, sacando amor de todas sus creaturas. Todas ellas sirven de escala por la que el corazón sube hasta encontrarse con el amor de Dios. Así, un varón recogido que una vez vio a un gallo que abría las alas y las sacudía para cantar sintió que sus entrañas se «abrieron a Dios para lo amar dulcísi– mamente», y «cosas semejantes le acaecían muchas veces con otras criaturas». En contraposición al gallo, la gallina, en la única ~a– sión que es mencionada, es figura del hombre que frívolamente descubre las gracias que su Señor le ha concedido en el secreto de la oración mental. Como ya se indicó, en otro lugar, hace «como la gallina, que con un huevo que pone atruena la casa para que lo sepan todos» 76 • Descartando la tortuga, que forma unidad expresiva del reco– gimiento con el caracol, los animales de naturaleza acuática que aparecen en el Tercer Abecedario son la anguila y las ranas. De la primera se observa su aspecto resbaladizo. Con facilidad, por elló, se·escapa de las manos del pescador, volviendo rápidamente al agua. Las. personas que adquieren hábito de recogimiento, cuando se ven obligadas a salir al mundo exterior, se desazonan y sufren. Y, .en cuanto pueden, tornan, como la anguila al agua, a su soledad reco– gida con Dios. El croar insistente de las ranas que alborotá e in- 75 TAE 327. 76 Las ovejas y el buen Pas,tor, con su simbolismo, salen en TAE en múltiples pasajes. Cit¡µnos sólo.495·. u¡, muloa y la polilla .en 267 y 559, respec– tivamente. Para la sáJamandra,· 466 y para gallo y. gallina, 488:y· Q31. .. 58
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