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19. Humildad crezca contigo - para bien aprovechar. 20; Xaropes son tentaciones - de. la gracia mensajeros. 21. Intima.mente assosiega - e calla tu entendimiento. ·22. Zela y guarda tu persona - y mezclarás en todo a Dios. 23. Por la tilde ten temor - de dexar lo comengado. Como puede observarse, todos los dísticos cobran coherencia interna, refiriéndolos al texto pseudo-dionisíaco de la Teología Mís– tica, un poco más arriba citado y que constituye, según se ha indi– cado ya, la clave hermenéutica y la primera unidad de exposición del Tercer A.beoedario. Ga,da dístico lo contempla desde un punto de vista diverso. De aquí, el aparente puzzle con el que la obra osunista da la impresión de carencia sistemática. Sin embargo, si nos fijamos bien, se da en ella y en la presentación de los dísticos un cierto orden. Se parte de la unidad del hombre, formada por la persona (sensualidad) y el espíritu. Por ello, este primer tratado tiene como meta quitar los impedimentos conocidos para ir a Dios. Para con– seguirlo es preciso buscar a Dios en sus beneficios y en su ser (trat. 2). No obstante los buenos deseos del hombre, no existe proporción alguna entre el conocimiento humano y la naturaleza divina. Esta sólo se deja aprehender de los limpios de corazón. De aquellos que, purificados de todo lo sensible e inteligible, de todo cuanto ha sido criado, apresten lo íntimo y secreto de su corazón para hacer de éf morada de Dios. Este tema abarca los tratados tercero y cuarto que encuentran en el quinto su comprensión plena, al enseñar éste al hombre cómo ha de examinar y perfeccionar las obras con la experiencia y cuidado del silencio interior. Todos estos tratados forman, como el preámbulo, la introducción a lo que constituye el centro nuclear del Tercer Abecedario: la oración de recogimiento. El trata.do sexto hace una descripción detallada del ejercicio de reco– gimiento cuyo fruto será una manera de orar en la que más que entender qué cosa sea Dios, se gusta y goza de El, participando conscientemente, aunque por poco tiempo, de su vida y felicidad eterna. Los siguientes tratados están constituidos por consejos de índole diversa que afectan, todos, a la oración mental o de recogi– miento en sus dimensiones diferentes de experiencia. Por ello, en estos últimos tratados se necesita menos un orden lógico. Se habla en ellos de las consolaciones espirituales, de las lágrimas, de las tentaciones, de la humildad, de las operaciones de la memoria y del entendimiento, del toque de Dios en el alma: toda una gama de aspectos que completan, modelándola a la perfección, una única realidad, la unión con Dios a través del recogimiento. Dentro de es.te plan unitario general del Tercer Ahecedario, 42
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