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una de las divinas Personas de la Trinidad. En diversas ocasiones, se hace eco del círculo neoplatónico que le llega en conceptos pseudo– dionisíacos: venir de Dios y volver a Dios subiendo por la escala interior del alma. De los términos que emplea, para designar la oración mental, se han indicado los principales y que él resume en el vocablo de «recogimiento». No estaría, sin embargo, fuera de sitio señalar que en el Tercer Abecedario Espiritual ofrece hasta cuatro decenas de nombres que él afirma convenir a esta oración. Igual– mente, dos decenas de apelativos acompañan al término «gracia» (trat. 10, c. 6) y el amor de Dios se califica sólo en el c. 9 del trat. 16 con más de cuarenta adjetivaciones. El alma es «huerto de regadío», «fontana» y el corazón se incendia como si fuera una «alquitara». Es también como un «trompo» que da continuas vueltas azotado por el amor. En ella, el recogimiento ha de tener cuidado con «la soltura del pensamiento» o la «vagueación de la memoria» y no «derramarse por la puerta de los sentidos». Ha de aprender, en cambio, a «desembarazarse de las cosas criadas», para poner su atención «fija en solo Dios» 5 3, Otro de los ámbitos léxicos que merecen ser considerados en Francisco de Osuna, por la escasez con que aparece en otros escri– tores místicos, es el marinero. El mundo de la mar sirve de base a comparaciones entre la navegación y la andadura de la vida de reco– gimiento. Quizás en los pasajes en los que el Tercer Abecedario presenta el mundo de la mar, se evocan los años juveniles en los que acontece la conquista de Trípoli con la consiguiente experiencia de los barcos en los que eran transportadas las tropas que realizaron aquella gesta. Por ello, el conocimiento que Osuna posee del arte de la navegación supera el simplemente proveniente de lecturas mís- 53 Ante la impooibilidad de indioar todo el léxico osunista de índole popular, proponemos a título ilustrativo a;lgunos términos y expresiones: «desembarazar», «vaciar el corazón», «echar fuern todo lo criado», «derramar del corazón todo criado pensamiento» lo encontramos más de quince veces en el c. 5 del tratado 4. «Espíritu dobJado y eS1píritu sencillo» Cp. 229), «hol– ganza del recogimiento» Cp. 324), «entrar dentro de sí, subir sobre sí, exceso de ánima» Cp. 332), «el ánima tiene forma triangular» Cp. 193), «vaso quebrado y vaso esquinado» Cpp. 193 y 212, respectivamente), «santo de pie quebrado» Cp. 516), «acallamiento» (tanto de la memoria, como del entendimiento y de la voluntad, pp. 589-602); «adorm.eoimiento .reposado y silencio quieto,.. <ip. 605), «no pensar nada que es pensarlo todo» Cp. 597), «apocar, nonada» Cp. 542), el alma es «huerto de regadío» Cp. 338), «fuente» Cp. 338), «alquitara» (p. 342), «como un trompo» Cp. 416), «noche del recogimiento» (p. 525), «castillo interior» Cp. 275 y en general todo el tratado VII en que se nos habla de la guerra. del demonio y de su asalto a la fo:rtaJ.eza de nuestra alma). La señaMzación de la pág1ina no índiC'a la multiplicidad de veces que el térmdno cobra en el Tercer Abecedario, pretende tan sólo ser botón de mues·tra de los demás casos en que el término o expresión se ;presenta. 37

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