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mismo qtté con la. palabra «récogitniento» sucede con la palabra «corazón», por poner otro ejemplo de éste último fenómeno de homonimia. Así, con éste término, Osuna designa la parte más pro– funda y secreta del alma unas veces, otras en cambio, el órgano ma– terial del cuerpo humano, o la sede de las cuatro pasiones del alma o el mismo pensamiento discursivo con el que se identifica. Por último, algunos pasajes emplean «corazón» como sinónimo de «al– ma». Con todo, se debe aceptar como acepción más frecuente y propia de «corazón», en el Tercer Abecedario, la indicada en primer lugar. Corazón, en efecto, significa ante todo el centro, la sustancia del alma, el fondo íntimo de nuestro ser de donde procede la vida 45 • Otro rasgo peculiar, dentro del .cual puede estudiarse el léxico osunista, es el de la prioridad que ha de concederse al vocabulario popular frente a la terminología técnica. Esta última aflora en los escritos del místico andaluz más bien de pasada y cuando le es necesaria solamente para fundamentar algunas de sus considera– ciones. En cambio, se asiste en Osuna a la obra, no exenta de difi– cultades, de dotar al discurso místico de un vocabulario propio y preciso en lengua romance. Santa Teresa de Avila y San Juan de la Cruz van a dar el último espaldarazo a esta obra. Como botón de muestra de tecnicismo lingüístico de escuela -no en vano Fran– cisco de Osuna pertenece a la generación humanista cisneriana de Alcalá- pueden aducirse algunos ejemplos. En el Tercer Abecedario, aparecen fórmulas trinitarias, términos como gracia preveniente, se alude a la pena de daño y pena de sentido, se recuerda el dogma de la comunión de los santos en la Iglesia o se explica y detalla, utili– zándolo en beneficio propio, algún principio metafísico discutido en la escolástica. Así, nos encontramos con el siguiente pasaje: «por estas cosas no quiero decir que primero se perfecciona con la gracia la esencia del ánima que sus potencias, pues que, según el mejor pa– recer, la esencia se perfecciona por las potencias, y las potencias por sus actos y operaciones medias» 46 • Michel-Ange de Narbona, a este respecto, subraya la terminología escotista y franciscana me– dieval que subyace en la doctrina mística de nuestro autor 47 • Como una cosa, juntar. Se dice tanto de las personas que se recogen C«reooger el ánimo, la mente•) como de ,los lugares apa:rtados o «recoletos». El Diccio.nario de Ia Real Aoademia Española aduce 15 acepciones paira l>a palabra recogd– miento. De eHas cuatro Ua 4ª, 10", :Llª y 15ª) se encuentran en Osuna, TAE, 243. 45 Fidele de Ros, op. cit., 384 propone hasta siete significados del tér– mino «corazón. Todo el tratado cuarto del Tercer Abecedario tiene, como objeto de consideración, el corazón del hmobre. Ver TAE, 193, 198, 206, 262, 521, por ejemplo, paira a;lgunas acepciones y usos. 46 TAE, 186. 47 Mdchel-Ange, 'La. Vie f.ranciscadne en Espagne entre les deux couron- 34
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