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(sentidos) y del recogimiento mismo (significado) es el método pseudo-dionisíaco de las vías positiva, negativa y eminencial. Por ejemplo, a título meramente ilustrativo, podemos aducir el ejercicio de la memoria y el del amor. La memoria recuerda al Dios que se encuentra en todo lo creado. Dios aparece, se propone en el macro– cosmos de la naturaleza de modo concreto y particular. Pero, tam– bién la memoria, en su dimensión intelectiva nos lleva a negar este carácter particular de todo lo existente, generalizándolo y confirién– dole los caracteres de infinitud propios del ser de Dios. Con el amor, sucede de modo similar. El entendimiento se acalla y el corazón del hombre penetra en los arcanos de la divinidad. Estos muestran mejor la esencia divina no por afirmación, sino por negación, llevando al hombre a gozar aquí en la tierra lo que le está reservado para el cielo 22 • Una vez clarificado el significado fundamental de la oración de recogimiento y considerados sus sentidos o maneras de ejercitarse y de remitirse a ella, nos encontramos en disposición de analizar el núcleo central de su experiencia y de las experiencias que le son concomitantes y que padece el hombre recogido. c) Experiencia y experiencias en la oración de recogimiento - Los grados de la oración de recogimiento descritos por Osuna, s.egún su intensidad o concentración pueden ser considerados en dos dimensiones. Una es la del recogimiento «en sí mismo» del co– razón del hombre. Otra, la del recogimiento sobre el «en sí mismo». Esta última pertenece a los perfectos que «tornan sobre sí mismos de sí mismos». Veamos qué contenidos experienciales comporta cada uno de estos recogimientos, teniendo en cuenta que ambos presu– ponen la gracia primera o «preveniente», según la terminología osu– nista y de la época, que Dios concede a los que le buscan con sin– ceridad. El «tornar sobre sí» es tarea principalmente de los que comien- 22 Op. cit., para la. memoria, 362: «Esta memoria de Dios no es sensitiva,. quiero decir que más obra en este negooio la memoria intelectiva, ya que la primera partiC'Ulariza las cosas y, en cambio, la. segunda las toma en ge– neral y universalmente» o en 361, «oa esta memori!a de Dios hace que obren todas las cosas inúeriores y exteriores del hombre, dándoles una operación senci1Ia que se compadece oon el recogdmiento; la cual no es sino una repre– sentación de Dios en su desnudo ser»; para el amor, 465: « ... otra manera hay, empero, de amar a Dios en toda cosa... para que podamos haber ailgo de aqueste soberano am.or que Dios da. con que lo amen sus muy estreohos amigos, es menester que .todo ese poco am.or qu,e tenemos lo pongamos en solo El, porque más presto nos transformemos en su santo amor». También en 469, 484 y 488. 21

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