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modo más estricto un tipo muy concreto de oración -el mental– que se diferencia por su naturaleza misma de la oración vocal y de la puramente afectiva, que procede sólo del corazón. El místico an– daluz, en efecto, distingue tres tipos de oración que une, aunque no rigurosamente, a las tres situaciones de las personas que en ellos se ejercitan, los principiantes, los mediados y los perfectos 16 • El pri– mer tipo de oración es el vocal. Según él, oran así los que recitan el oficio divino o alaban a Dios mediante plegarias que se pronun– cian vocalmente. El Pater noster es el exponente de mayor calidad de estas plegarias y, en torno al mismo, se trae a colación la glosa que de él hizo San Francisco de Asís 17 • Se trata, aquí, como de una carta mensajera que enviamos a un amigo y que es beso de los pies. Se reduce a la fe que se debe confesar por la boca y pertenece a la purgación, perfeccionando la memoria. Otra manera de orar, que constituye un tipo de oración más perfecto, se realiza sin que se digan palabras. Se deja hablar sólo al corazón en silencio afectuoso; En este tipo de oración quedan contenidos todos los santos y devotos pensamientos tanto de la pasión de Cristo como los que conciernen a su Iglesia, al juicio último o a cualquier otro tema espiritual. En vez de carta mensajera, en esta ocasión, el que ora envía un amigo muy íntimo al Señor. Su plegaria es beso de las manos y la virtud de la esperanza, su elemento constitutivo más importante. Este se– gundo tipo de oración cae en el ámbito de la iluminación y perfec– ciona el entendimiento. El tercer tipo de oración es el más excelente y se identifica con «el recogimiento». Osuna lo califica con los adje– tivos «mental» y «espiritual». En él, «se alza lo más alto de nuestra ánima más pura y afectuosamente a Dios con las alas del deseo y piadosa afección esforzada por el amor». Es beso de la boca y se rige por la virtud de la caridad. Su fruto es la unión con Dios, alcan– zando la voluntad su madurez y plenitud 18 • Es el objeto de la Teo– logía Mística, porque en el misterio del corazón escondido se da Dios al hombre y hace que éste guste de la divinidad, participando en su vida y en su felicidad eterna. Esta oración de recogimiento recibe, según veremos en la segunda parte de este estudio, divers.ós nom– bres y, en cuanto tal, es un arte de amar y un ejercicio. Es arte de amar, porque enseña las reglas mediante las cuales el hombre con ~.u industria unifica su voluntad con la de Dios. Con ello, no se pre– tende negar la acción de la gracia infusa. Más bien, con este arte, 16 Todo el tratado 13 del Tercer Abecedario se dedica a expl¡icar J.os tres - tipos de oración. Y ya en el c. 1, a.i comienzo, los une al estado de perfección de las personas que los utilizan. 18 17 TAE, trn,t. 13, c. 2. Ver también cómo la describe en 405. 18 Op. d.t., 403-8.

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