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434 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA, O. F. M. CAP. precisa en qué consiste esta fundamentación en Dios con su doctrina del ejemplarismo. La nihilidad de la creatura es vista por el doctor franciscano desde una visión positiva como un "exemplatum" del Ser Pleno, algo "ejemplado", en sus graduaciones de umbra, vestigium, imago, similitudo. San Buenaventura estudia morosamente esta graduación. Es algo conocido en lo que no podemos ahora insisitir 24 • Tan sólo a través de un comen– tario a la doctrina del ejemplarismo subrayar cómo San Buenaventura enriquece y completa el pensamiento zubiriano de la religión, sin mentar este vocablo. Un comentario preciso al ejemplarismo nos ha dado Pelayo de Zamayón en estas líneas: "Toda creatura es por naturaleza una efigie y semejanza de la Eterna Sabiduría, enuncia el Santo como principio general. Lo cual significa que la cosa en sí es una copia del modelo divino, un objeto que en toda su ausencia corresponde a la idea ejemplar que de él tiene Dios desde la eternidad". "¿Qué son, pues, las cosas para el ejemplarismo?", sigue preguntándose el comentarista. Y responde: "Una realización de la idea arquetipa del Arte Eterna, verificada por la omnipotencia y sabiduría para manifestar su gloria, comunicando su perfección : y según sea su grado de ser, de entidad, que posean dichos objetos, así será su grado de representación e imitación" 24 b. En este comentario no hallan eco las palabras zubirianas de nihilidad y de religación. Pero ha mostrado cómo la metafísica bonaventuriana llena el hueco de la nihilidad, afirmando que la creatura es por por su misma esencia efigie y semejanza de la Eterna Sabiduría. Por lo mismo, la vincu– lación y religación que tiene con Dios es la que tiene la imagen con su modelo y ejemplar. Esta metafísica de San Buenaventura adquiere aún mayor plenitud desde la visión bonaventuriana del gran círculo metafísico que enuncia con estos tres términos: de emanatione, de exemplaritate et de reductione. Todo brota de Dios, quien plasma su ejemplar divino en las cosas para que estas tomen el retorno a su punto de origen. San Buenaventura se comenta a sí mismo en esta fórmula: "Haec est tota nostra metaphysica" 2 5. A nos- 24 Son obras clásicas sobre el tema: J.-M. BISSEN, L'exemplarisme divin selon saint Bonaventure, París, J. Vrin, 1929; TITUS SZABO, De SS. Trinitate in creatu– ris refulgente, Roma, 1955. 24b PELAYO DE ZAMAYON, Teoría del conocimiento según San BuenaPen– tura. La iluminación, en San Bomwentura 1274-1974, III, p. 415. 25 Collationes in Hexaemeron, coll. I, n. 17. (Op. O.). t. V, p. 332 b.
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