BCCCAP00000000000000000001586
Estos artículos, ni los otros que citaremos a continuación, deben sugerir la imagen de hombres y mujeres que viven y trabajan en circunstancias excepcionales. Las "Constitu– ciones" llaman intencionalmente la atención hacia la vida de todos los días, hacia lo coti– diano (art. 12; 15; 17; 24). Usan la expresión "colaborar" en la promoción de la justicia y de la paz y en la tarea de la evangelización, a fin de que todos se comprometan en la medi– da que les es posible, con el ánimo abierto a la acción de los otros. El Ritual de la OFS afirma claramente que la profesión incluye "el propósito de vivir en el mundo y para el mundo" (Praenotanda, 14, d). No se siente, pues, el seglar franciscano a mitad de camino, porque la ·gracia no lo im– pulsó hasta el convento, sino que se siente lla– mado por Dios al mundo y, coherentemente con lo que le pide su Regla que haga "de la oración y de la contemplación el alma de su ser y de su obrar", contempla en su oración el designio de amor del Padre y se ofrece a cola– borar en él (art. 8,3). Debemos recordar todavía dos notas muy· franciscanas de las Constituciones: a) la benevolencia ante los no cristianos, o más bien, ante todo hombre, en orden a colaborar con todos en la construcción de este mundo que queremos cada día más humano (arts. 12,1; 18; 23; 71, d); y b) la llamada a descubrir las virtualidades cristianas presentes en el mundo, aunque no lleven aún el nombre de cristianas y a reconocer, como lo ha hecho el Concilio en la "Gaudium et Spes", la ayuda que la Iglesia recibe de todos los hombres, dado que cuantos promueven la comunidad hu– mana ayudan al designio de Dios (Const. arts. 8 y 31, 3). Recordando el amor y la fidelidad de Francisco a la Iglesia, las Constituciones, al mismo tiempo que reconocen la responsabili– dad y la autonomía que son propias del seglar, recuerdan al franciscano seglar su deber de conocer y de seguir la doctrina y las orienta– ciones de la Iglesia (arts. 12, 2; 22, 2; 23; 40; 99). Ambito y ejercicio de la vocación secular El encabezamiento del título 11, capítulo 2 de las Constituciones reza así: "Presencia ac- 44 tiva en la Iglesia y en el mundo". No hay con– traste ni separación entre la edificación de la comunidad eclesial y la construcción de un mundo más fraterno. Todo lo contrario. (Cf. art. 14). La Iglesia no es fin en sí misma, sino que toda ella está al servicio, servicio salvífica, del hombre y "de todos los hombres". Los lai– cos, como miembros vivos de la Iglesia, se es– fuerzan en la construcción de esta Iglesia ser– vidora de la humanidad, y a la vez participan de manera propia y específica "de su dimen– sión secular". La exhortación "Evangelii Nun– tiandi" señala que, en la evangelización, es prioridad y es "campo propio del laico el mundo vasto y complejo de la política, de lo social... de la cultura" (70); pero esto no niega lo dicho por el papa Pablo VI en los números precedentes acerca del deber común de cons– truir la Iglesia como comunidad que acoge la palabra evangelizadora. Diversos artículos de las Constituciones especifican campos y empeños concretos que el seglar franciscano debe asumir, en orden a las realidades temporales y conjuntamente a su santificación: el ejercicio de la profesión ci– vil (20), el trabajo y en particular el trabajo asalariado (21), la civilización del amor (18), la promoción de la justicia y la intervención en la vida pública (22), la paz (23), la vida de familia (24) y el anuncio "seglar" del evange– lio (17). No vamos a ocuparnos de cada tema. Habrá oportunidad de hacerlo en otra oca– sión. Baste indicar algunos aspectos referen– tes a la fraternidad. La Fraternidad Seglar Franciscana no es una réplica fiel de la fraternidad religiosa. Ad– quiere en las Constituciones una fisonomía propia. A aquellas características que son una exigencia de la vocación de los hermanos a vi– vir en la propia casa y en el mundo, vienen a añadirse las notas qúe siguen y son de un cier– to valor: Superadas las dificultades que motivaron la "Tertium Franciscalem Ordinem" y las orientaciones restrictivas dadas en este do– cumento por Pío X, las Constituciones de– terminan que las fraternidades locales en cuanto tales deben tomar opciones claras y valientes en defensa de la dignidad de la persona, cuando ésta sea conculcada, y en el campo de la promoción humana y de la justicia (art. 22).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz