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en pro de la fraternidad entre todos los pueblos (Const. 18). La fraternidad local es un grupo eclesial, "signo de la Iglesia que es una comuni– dad de amor", y partícipe en su misión. Como tal "es animado por el Espíritu Santo" (Const. 11 y 14). La fraternidad local participa en el miste– rio de la "Ecclesia Mater", formando en Cristo a sus miembros. La Orden Franciscana Seglar es en la Iglesia una asociación pública. Se divide en fraternidades de varios niveles y cada una de ellas goza de personalidad jurídi– ca en la Iglesia (Const. 1,5). "Son perso– nas jurídicas públrcas las corporaciones y fundaciones constituidas por la autoridad eclesiástica competente para que, dentro de los límites que se señalan, cumplan en nombre de la Iglesia. La misión que se les confía, mira al bien público" (can. 116; can. 313). La erección de la Fraternidad local co– rresponde al competente superior mayor religioso. Es necesario el consentimiento escrito del obispo para la erección canó– nica de una fraternidad fuera de las casas o iglesias de los religiosos de la Primera Orden Franciscana o de la TOR (Const. 46). La erección se hace a petición de los interesados, previa consulta y con la co– laboración del consejo de nivel superior, con el cual la nueva fraternidad quedará coordinada, segun la organización previs– ta en el Estatuto Nacional. Es una nove– dad la intervención que se da a los segla– res y lo es también que se prevea un tiem– po de rodaje antes de que se llegue a la erección de la fraternidad. Las estructuras son sencillas y flexibles, al servicio de la vida. La vida en comunión fraterna Francisco de Asís usa muy pocas veces la palabra "fraternidad". Abunda y sobreabunda en la expresión "hermanos". Hay que poner 112 siempre en el primer plano, no la estructura, sino la viva comunión entre los hermanos. Esta atención al hermano comienza desde el primer encuentro y se revela ya en el am– biente de familia, acogedor y gozoso en que se realizan las reuniones de fraternidad. La Regla dice que la "Fraternidad" es el ambiente privilegiado para desarrollar el sen– tido eclesial y la vocación franciscana (art. 22). En las Constituciones se la presenta como agente de formación por el clima de familia, la escucha de la palabra de Dios y la fideli– dad a la vocación (art. 37,2;40;44). Comunión: compartir con los hermanos la vocación, la misión, los bienes materiales y los bienes espirituales (Const. art. 15,2 y 3;28;30). Es en la Fraternidad donde el her– mano vive su experiencia de vida evangélica. En ella celebra la acción de gracias por el don de la vocación cristiana y franciscana. De ella debe recibir fuerza e inspiración para encarnar esa vocación en la vida diaria. Las Constituciones dicen, hablando del espíritu de pobreza: "Para comprenderlo y realizarlo se exige un fuerte compromiso personal y el estímul o de la Fraternidad mediante la ora– ción, el diálogo y la revisión de vida comu– nitaria" (15,2) (9). "Los hermanos son corresponsables de la vida de la Fraternidad a la que pertenecen" y aun de la misma Orden Franciscana Seglar. Esta corresponsabilidad exige la presencia personal, la participación en las decisiones propias de la asamblea de la fraternidad, la colaboración en las reuniones de oración o de formación y en los compromisos apostóli– cos o de acción social (Const. art. 30). Comunidad abierta y comprometida Como comunidad eclesial de base la Fra– ternidad local no puede encerrarse en sí mis– ma. Mediante su vinculación con las fraterni– dades regional, nacional e internacional y su presencia activa en la Iglesia particular se identifica con el ambiente local y se abre al horizonte de la Iglesia universal.

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