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En los temas desarrollados por Encarna– ción del Pozo (España), Margaret Manens (Alemania) y Peter Keogh (Australia) se con– tiene aportaciones muy importantes sobre la naturaleza misma de la fraternidad y la res– ponsabilidad de los seglares en su animación. Estas aportaciones han sido en buena parte acogidas en las nuevas Constituciones. De este modo la inspiración y la experiencia de Fran– cisco, de las cuales se parte, se van encarnan– do en la realidad eclesial actual, y no sólo mediante los congresos y los capítulos, sino también y sobre todo en la vida de fraterni– dades pioneras en diversas naciones. Han influido también algunos movimientos eclesia– les como la Renovación en el Espíritu y las Comunidades eclesiales de base. Una mirada a las Constituciones de 1990 No contienen las Constituciones noveda– des substanciales respecto de la Regla; pero, sí, explicitaciones muy oportunas y algunas recuperaciones de textos que proceden de los años en que la Regla estaba en proceso de elaboración . "La vocación de la OFS es una vocación a vivir e l evangeli o en comunión fraterna. A este fin los miembros de la OFS se reúnen en comunidades eclesiales que reciben el nom– bre de fraternidades" (3,3). No se concibe la existencia de seglares franciscanos aislados; hay muchos que lo están por diversas cir– cunstancias, pero tratan de mantener una re– lación viva con la fraternidad a la cual adhi– rieron. A lo largo de todo el capítulo II se van subrayando las responsabilidades de la Fra– ternidad, sea respecto de la formación de los hermanos, sea en orden a crear el ambiente adecuado para que los hermanos vivan su vo– cación, sea en fin respecto de la presencia de la misma fraternidad en la vida de la socie– dad y de la Iglesia. Después de afirmar la esencialidad de la vida de fraternidad en los art. 1,5;3,3 y 8,2, las Constituciones dedican a la "Vida en Fra- ternidad" todo el largo capítulo 111. El Capí– tulo se abre con unas orientaciones generales sobre la vida en comunión fraterna y la ani– mación de las fraternidades . Durante los tra– bajos de redacción se propusieron diversos títulos como más propios para unos artículos dedicados a las estructuras y al gobierno; pero prevaleció el mismo título que ya tenía en la Regla: "La Vida en Fraternidad" . Como para indicar la prioridad de las relaciones fraternas sobre los aspectos organizativos y la prefe– rencia cordial que debe darse al servicio fra– terno sobre aspectos organizativos. La OFS se divide en fraternidades de di– versos niveles con el fin de promover, en forma ordenada, la unión y la colaboración recíprocas entre los hermanos y su presencia activa y comunitaria tanto en la Iglesia par– ticular como en la Iglesia universal" (art. 28,2). Esta coordinación "es una exigencia de la comunión entre las fraternidades, de la debida colaboración entre las mismas y de la unidad de la OFS" (art. 33, nota). Completando el artículo que la Regla de– dica a María, modelo y mediadora, las Cons– tituciones añaden: "María es modelo de amor fecundo y filial para toda la comunidad eclesial... con ella, como los discípulos en Pentecostés, reciban el Espíritu para realizar– se como comunidad de amor" (art. 16,2). Cuadro de referencia Dios, Padre de todos, ve en todos los hom– bres los rasgos de su Hijo, primogénito entre muchos hermanos. Todo hombre es mi her– mano; debe ser acogido como don de Dios e imagen de Cristo (Regla, 13; Const. 12,1). Los franciscanos seglares deben ver en cada hermano la persona viviente y ope– rante de Cristo, que por la Encarnación se ha unido a todo hombre (Regla,5). La vocación a vivir la vida evangélica en unión fraterna se inscribe en la vocación de todos los hombres a formar un solo pueblo. (Const. 14). Y empeña a trabajar 111
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