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po, libres en el espíritu". La vida que cuenta es la del espíritu, "mejor que la otra", la vida exterior del común de la gente. Empleo discreto de las limosnas. La dis– creción, en la terminología de Francisco y Clara, es la virtud que regula los extremos en el rigor y hace que el superior sea providente y comprensivo con las situaciones persona– les: "Donde está la misericordia y la discre– ción, allí no hay exceso ni dureza" (Admon. 27). Sabemos, por el proceso ele canoniza– ción, que Francisco se había visto obligado a intervenir con Clara yéndole a la mano en sus mace raciones. Y Clara aprendió la lec– ción ele la discreción, al menos para reco– mendarla en el mismo sentido, a su hija espiritual la beata Inés de Praga (carta 3º). Y en su Regla, la misma Clara, empica varias veces ese término para inculcar la liberalidad en el modo de atender a las hermanas (c. 2 y 5 ). Por lo tanto, Francisco quiere decir a las damas pobres, que él, que de tan poca discre– ción usó con el hermano cuerpo, puesto que el Señor os provee de abundantes limosnas, no andéis escatimando cuando se trata de proveer a las necesidades de las hermanas; pobreza y caridad deben ir unidas. Porfía de sanas y enferm·as por sobre- 1 levarse. La caridad por sobrellevarse. La caridad paciente, tanto en el hermano enfer– mo como en el sano que le sirve con un amor superior al de una madre para con su hijo natural, había sido expresada por Francisco en la Regla primera (c. 10). Para él, la cari– dad debe animar tanto al hermano sano como al hermano enfermo, y es recíproca (cfr. Admon . 24). No cabe una caridad pasiva, de recibir y no dar, ni siquiera en la hermana víctima ele la enfermedad. Lo sostengate en pace. La expresión co– rresponde al verbo latino sustinere, muy fre– cuente en los escritos ele san Francisco. La rorma vulgar es exactamente la que hallamos en el Cántico del Hermano Sol: Beati quelli kc l'sostcrrano in pace, y con el mismo sen– tido de sobrellevar en paz a los demás. Esta coincidencia, junto con la del final ele la misma estrofa, añadida al cántico posterior– mente para reconciliar al obispo y al podestá ele Asís -de tí, Altísimo, serán coronados~, ofrece especial interés para la fecha de com– posición del canto compuesto para 'las her– manas; la asociación es patente. Cada una, coronada, reina en el cielo con la Virgen María. "Es tan grande el bien que espero, que en las penas me deleito", había glosado Francisco con ocasión de una fiesta de caballería. Ahora quiere an imar a las her– manas, sanas y enfermas, con la esperanza del premio Vederi-veréis, es una forma dialectal de futuro, en uso todavía hoy en Umbría. Francisco evoca, como final, la antífona Veni, sponsa Christi, accipere coronam ... En la Regla había escrito que la pobreza nos hace "herederos y reyes del reino de los cielos" (c. 6), texto que Clara adoptará en su Regla diciendo: "os ha hecho herederas y reinas del reino de los cielos". Es un concep– to que abunda en las cartas a la beata Inés, que había renunciado al trono terreno para ser esposa y reina con Cristo. Y Francisco, como lo hizo en otras oca– siones, asocia esa dignidad regia a la de María, a quien él saludaba ¡Reina Santísima! (Saludo a la Virgen María). Fecha y lugar de composición Los autores modernos están acordes, en su mayoría, en situar la composición del Cántico del Hermano Sol o de las Creaturas en la primavera de 1225, mientras habitaba en la celdita que Clara le había hecho cons– truir en el jardín del monasterio. En el mes de junio de aquel año emprendió el viaje a Rieti para dejarse curar su dolencia de los ojos. Por lo tanto debió ser por el mes ele mayo de 1225 cuando compuso el testamento lírico para las clamas pobres, sea el mismo lugar donde compuso el otro cántico, sea en la Porciúncula o en otro sitio próximo a Asís, ya. que el relato de la Leyenda ele Perusa 71
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