BCCCAP00000000000000000001569

ke ve da el Segnore. Que/le ke sunt adgravate de infirmitate etl'altre ke per los suo'adfatigate, tute quante la sostengate en pace, ka multo vederi cara questa faiga, ka cascuna sete regina en celo coronata cum la vergine María (et cwn ti meriti de la matre santa Chiara. Cusí sia. Amen)" Esta edición final, como es patente, fue interpolada por las clarisas después de la canonización de su santa Madre. Traducción castellana La compos ición, bellamente rítmica, ofre– ce quizá el primer ejemplo de pareados comonantados en la poesía italiana; Francis– co no hace sino imitar la rítmica de los cantos juglarescos, que le era familiar. En oracia a la fidelidad tengo que renunciar a ,:, mantener en la traducción este pormenor de gran interés, aunque conservando la sucesión de las estrofas: Oíd, pobrecillas, llamadas del Señor, que de muchas partes y regiones habéis sido consagradas; Vivid siempre en verdad, perseverad en la obediencia hasta la muerte. No miréis a la vida de fuera, porque la del espíritu es mejor. Os ruego con todo el afecto que uséis con discreción de las limosnas que os da el Señor. Las que se hallan bajo el peso de la enfermedad y las demás que por ellas se fatigan, todas a una sobrellevadlo con paz; algún día veréis el precio de estos trabajos, porque cada una de vosotras será coronada reina en el cielo con la Virgen María. Sentido de algunas expresiones Audite, poverelle. O sea oíd, pobrecillas. La expresión Audite, reclamando la atención, 70 la emplea por dos veces Francisco en la Carta a los fieles, es de sabor juglaresco. El gustaba de designar a Clara y sus hermanas con el nombre de damas pobres, pero en un mensaje lírico le sale espontáneo el diminu– tivo afectuoso; poverelle. En sus escritos él mismo se llama con frecuencia el poverello. Congregados de muchas partes y regio– nes. La comunidad de San Damián se com– ponía de hermanas de muy diversa proceden– cia, reunidas en virtud de la "llamada del Señor". Lo hace notar Tomás de Celano, ponderando la unión que reinaba no obstante tan variada procedencia (1 Cel. 18; 2 Ce!, 204). Es el fruto de la renuncia personal en bien de la vida en fraternidad. Vivid siempre en verdad. Expresión muy bíblica, propia, sobre todo, de san Juan: vivir en verdad, caminar en verdad, es lo mismo que vivir en el amor (cfr 2 Jn 3s; 3 Jn 4). El texto transcrito por fray León dice más bien: vivir en santa caridad; viene la sospecha de que quizá fuera ese el texto original, aunque no es de creer que el copista hubiera sustitui– do caridad por verdad. En todo caso el sen– tido no cambia mucho. En obedientia moriate. Creo que la tra– ducción exacta es: "perseverad en la obe– diencia hasta la muerte". Vivir en obedien– cia, morir en obediencia, equivalía, en el lenguaje monástico del tiempo, a ser fiel a la profesión religiosa, perseverando hasta la muerte. Fue lo que prometió Clara en manos de Francisco, como ella misma lo afirma. Los novicios, terminado el noviciado, eran recibidos a la obediencia (Reglas I y II, c. 2). "Morir en obediencia" es, por lo tanto , lo mismo que seguir perse verando hasta la muerte en la vida abrazada. Vida de fuera ... , vida del espíritu. Aquí la exhortación de Francisco hace clara alu– sión a la vida de "reclusas" de las moradoras de san Damián. Más tarde, el decreto de aprobación de la Regla de santa Clara, emi– tido por el cardenal protector Reinaldo, for– mulará la misma idea: "encerradas en el cuer-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz